La voz del ave
Que en la penumbra esconde
Ha enmudecido.
Andas por tu jardín.
Algo, lo sé, te falta.
JorgeLuis Borges
andaba yo con mis gorriones en silencio,mis cartas esperando, mi página en blanco (sin mi actitud Cleopatra!), gris como el cielo de este lunes, porque la laboriosa rutina y otros menesteres no me tiran a la celda en que me hallo presa, más que fuentes de cansancio y lunas apagadas.
pero hoy, porque ayer hubo caricias de las del romance y besos en el marco de la puerta (antisísmicos), me asomé a mi alma y al espejo, inopinadamente; y ahí, enredadas en el ficus que crece sin que le importe nada, solo por verdecer mi balcón o algo, dos palomas se reían de este gris cielo de lunes, empicándose con una envidiable pasión sin necesitar otros motivos; quise escribir uno de esos versitos japoneses que acotan las expansiones (como ando necesitando para esta cosa de regresar sin irme) y se me apareció ese tanka del Tipo, explicándome esta especie de lentitud que me anda navegando la sangre.
salve a El, que inspiró con esa savia esta osadía.
me sobran grises
enmohecida mi alma
en la rutina.
desandaré mis pasos.
el amor aun me salva.
sigue tratándose de sensualidad, claro.
la imágen es de Tachibana, que siempre me conjuga.
El amor siempre nos salva...y Tachibana...ahhhhhhhh
ResponderEliminarGrises que se disipan. Buen regreso! Un beso
ResponderEliminarAdemás faltaban esos comentarios de lecturas prolijas y descansadas con los que nos obsequia.
ResponderEliminarUsted es como un rio subterraneo, como un rio que baja de la montaña entre la roca limpia y va arrastrando minerales. De repente se hace vertiente y se deja beber.
ResponderEliminarQue lindo volver a escuchar sus gorriones.
relajada puede seguir...su inspiración vino de maravilla
ResponderEliminartodo es producto de tu GRAN humildad.
ResponderEliminarAdmirable por cierto, SIEMPRE.
Un abrazo con mis alas de tango, que se han desplegado en este finde y me hace feliz.
Yo creo que más que salvarnos, el amor nos redime.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre nos sobran los grises...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Me agrada y preocupa que el amor salve… a veces la necesidad de salvación es más larga que un amor y las formas de salvarse aparecen de otros lados. No está de más irse explorando, lentamente, aún cuando el amor es bello, sólido y verdece los balcones de la vida.
ResponderEliminarUn beso,
D.