me lo dijiste así, como contándome un chisme, un corrillo para pocos; y yo no supe como abrazarte sin abrazar mi propio miedo. mi tristeza egoísta. me enojé un poco y te dije una guarrada como hago siempre que no sé cómo hacer. "no me vengas con ésas, vos sabés que si querés, salís." pero el alma me latía a contramano: la voz se te puso chiquita cuando vos, grandulón indomable, me contaste: "estoy asustado".
y ahora ando así, con la pena apretándome la garganta, con el miedo de una niña a oscuras y el enojo de no poder hacer nada, si no desear que sufras poco y que puedas más que el puto fantasma que te habita.
y si te encuentro hoy en la oficina, darte un beso como siempre. no, como siempre no. con el corazón transido de congoja, rogando porque la esperanza, esta vez, no sea traidora, compañero amigo querido.
otros relatos en casa de Lucía
a veces los días son significativos
ResponderEliminarCuando el dolor es compartido no se divide, se multiplica. Bss.
ResponderEliminarCuando no esperamos que las personas cercanas se sinceren puede suceder que escapemos de alguna forma, la mayor de las veces la menos afortunada, luego el dolor es dificil de gestionar.
ResponderEliminarUn abrazo.
El miedo es lo peor que exise pero hay que decir que se tiene miedo para minimizarlo.
ResponderEliminarQué fuerte!...el miedo es amargo compañero y creo que nunca cede hasta que no se enfrenta y resuleve. Ojalá la fuerza de la amistad le sirva para cortar de cuajo con lo que le p`rime.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Quien no siente miedo cuando se sabe de una noticia demoledora? Es humano tener miedo, y tambien es humana la capacidad para superarlo.
ResponderEliminarBss.
El miedo es nuestro peor enemigo, nos paraliza, nos nubla los sentidos, y tendemos a buscar donde escondernos.
ResponderEliminarCuando le hacemos frente..Nos damos cuenta que solo habita en nuestras poderosas mentes.
Me gusto tu relato "niña"
Pasa por mi blg, tienes un regalito con tu nombre...Es mi forma de agradecerte tu participación este jueves...Besos de mi niña a la tuya.
Me hace revivir uno de los momentos más trágicos de mi vidita. Ese baldazo de agua helada... Un abrazo.
ResponderEliminarPocas y acertadas palabras para ponernos en situación.
ResponderEliminarNos conmueves... y nos dejas con esas ganas de abrazar y consolar, ante la impotencia del dolor ajeno.
un fuerte abrazo.
Lo malo del miedo es que nos hace ver las cosas bastante peor que en realidad son. Si se afronta con dignidad y se siente en el hombro el peso de una mano amiga, todo volverá a tener su verdadera medida.
ResponderEliminarUn saludo.
para qué grandes alharacas, para qué grandes textos, para qué grandilocuentes palabras, si miralunas con pocas frases, si miralunas con palabras tan sencillas como la vida misma, eso sí, con palabras castellanas que para un gallego suenan a música, para qué si...miralunas ha dejado una verdadera obra de arte...
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ha
en
can
ta
doooo
un medio beso.
No siempre se encuentra el modo a responder a una confesión que sabemos que pesa y duele sobre alguien a quien queremos. Creo que el abrazo contenedor y comprensivo, el que además aprieta transmitiendo afecto y presencia auténtica, es la acción más acertada y más nacida del alma, y si no apaga los miedos, al menos los acompaña.
ResponderEliminarLo has narrado...ufff! una pasa a ser testigo de esa escena tan íntima y confidente.
Un beso:
Gaby*
Una no sabe como ayudar a un amigo cuando se encuentra en esas circunstancias; aunque yo pieso que una se ha de mostrar cerca de él dándole la mano para que no se encuentre solo.
ResponderEliminarUn lenguaje auténtico con el que te has expresado
Un abrazo
Compartir atenúa el miedo, las respuestas de los amigos son pura medicina.
ResponderEliminarUn beso.
Tantas veces no sabemos que decir ante el dolor ajeno, ese que nos desnudan en confesión de amigos y que nos deja sin palabras. Pero a veces basta con un abrazo y con que el otro sepa que es escuchado, comprendido y acompañado.
ResponderEliminarUn beso.
alegría compartida es doble alegría
ResponderEliminartristeza compartida es media tristeza
excelente relato me ha encantado
Yo me suelo quedar bloqueado cuando intento dar consuelo a un amigo que sufre. De alguna manera siempre me quedo en silencio, aunque hay silencios que, desde la complicidad de una amistad vieja, equivalen a discursos muy largos.
ResponderEliminarUn beso
Cuando aquel ser querido a quien creemos fuerte, entero recio, nos confiesa su miedo, nos descubre su fragilidad, el dolor emocional que sentimos es grande, sobre todo porque nos sabenmos incapaces de mitigar, de paliar ese miedo. Sólo podemos acompañarlo y simular un estado optimista de ánimo que estamos lejos de sentir.
ResponderEliminarMe ha encantado tu visión de esta semana sobre el dolor emocional.
Un abrazo.
No sabemos qué es lo que le pasa al amigo, pero tiene que ser algo muy fuerte para que alguien como él que parece no temer a nada diga que está asustado...eso te asusta a ti también y te duele y lo único que puedes hacer es estar ahí, a su lado.Buena historia.Un beso
ResponderEliminarVengo de leer a Mar, que me hizo pensar en lo poco visible que es el dolor emocional, la escasa empatía que produce y ahora leo una historia de empatí hacia ese dolor.
ResponderEliminarPor ello me ha gustado más.
Un abrazo fuerte.
¿Qué le pasaría a ese amigo? Esperemos que el fantasma, sea el que sea, lo abandone pronto. Un beso.
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