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Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática. De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
¡Qué sintagma!
¡Qué polisemia!
¡Qué significante!
¡Qué diacronía!
¡Qué exemplar ceterorum!
¡Qué Zungenspitze!
¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda".
Escrito por el Poeta Uruguayo Mario Benedetti
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Daniel me había contado que se estaba despidiendo, pero lo escuché como de reojo: Usted era inmortal.
Es que yo guardaba una ilusión adolescente: encontrarlo algun día e invitarnos con un cafecito. Sólo para mirarlo, creo.
O para hablar despacito de tácticas y estrategias. De los costados del camino. De los andamios. De amantes maravillosos que son capaces de hacer el amor en los umbrales. Del Sur, no: ya está en nuestras almas.
Y mirarlo; mirarlo sin pestanear para guardarme sus ojos, para robarme su mirada, para quedarme con el aire de su alma.
Y para que, al despedirnos, me dijera: "Cosita linda!" Y yo pudiera abrazarlo y reirnos como si fueramos novios.
Pero, no.
Su muerte me golpeó en la frente la tarde del domingo.
Había sido ya un domingo sospechoso de tristezas. Con ese vientito frío y poco amigable de los otoños tardíos.Y ese insoslayable gris, querido Maestro!
Ese gris que siempre habita las malas noticias y que nos envuelve asfixiante cuando se van los que queremos tanto.
Daniel me abrazó mientras yo lloraba aquellas letras que me anunciaban su muerte y sollocé desde la panza, como una novia viuda.
Y pensé en el otro poeta, con su mismo dolor:
"Carpintero, haz un féretro pequeño
"se nos ha muerto un sueño
"algo que era entre el pájaro y la rosa."
No había imaginado esta tristeza que me sorprendió el corazón.
Debe ser que ya nadie me dirá "Cosita linda!" como me lo hubiera dicho Usted.
he sufrido estos días la "página en blanco". habrá sido premonitorio de su ausencia?
ResponderEliminarentonces, que sea mi homenaje, queridísimo don Mario!
Qué homenaje!!!
ResponderEliminarTu página en blanco se volvió hermosa.
Besos.
El mejor de los homenajes que he leido, sin dudas.
ResponderEliminarUn abrazo querida amiaga.
¡Qué hermoso, cosita linda!
ResponderEliminar(esto es para los que creen que murió Benedetti)
Besos
REL
Me contaron que Benedetti ha muerto, y es eso: un cuento.
ResponderEliminarMientras las palabras sigan invulnerables ante una bala ningún científico podrá explicarme lo inexplicable.
¿Cuando murio?. Me huele a cuento.
Gracias por tu homenaje, maravilloso.
Benedetti no ha muerto, hoy lo leí y me sonreía con su bigote fácil.
ResponderEliminarHola Miralunas,
ResponderEliminarBello homenaje.
me ha encantado tu lugar, tu especial Tamara de Lempicka, es una de mis predilectas.
tienes un lugar precioso
Besos
Mónica
Precioso post; me ha encantado, tanto las palabras de D.Mario como las tuyas.
ResponderEliminarUn saludo