lunes, 24 de mayo de 2010

pequeña historia de 200 años


Clementina es una mujercita curiosa como una gata; así que le encanta que su madre la hubiera puesto a servir en aquella casa donde suceden tantas cosas.
Anoche casi no han dormido, atendiendo a los invitados de la señora, pero a ella no le importa.
Su corazón late enloquecido y le pone el cuerpo liviano y tibio, aun con el frío y la lluvia que cae desde la madrugada.
Clementina es una morena graciosa y vivaz, de sonrisa permanente que hace todo como si fuera feliz haciéndolo, por lo que la señora de la casa cuenta con ella para servir en el salón y llevar mensajes que requieren cierta actitud de recato e invisibilidad. A diferencia del resto del personal, la adolescente viste casi siempre vestidos sencillos que su ama le regala y un bello delantal de volados que le dió su abuela cuando con su madre la dejó en esa casa, hace unos cuantos meses.
El caso es que en la nochecita de ayer, mientras servía pasteles criollos con el vino patero que se hacía en la casa y un licor de huevo para las señoras o té de flores, que elabora ella misma, he espiado por el gran ventanal, por ver si el Doctor Paso ha venido con su negro de siempre. Y pues, sí, que allí estaba! A ella se le pusieron redondos sus ojos de miel, cuando ha visto el leve movimiento de cabeza y la gran sonrisa que le ha dedicado Josué.
Repartió simpatía por el salón, sin notar los rostros adustos, la tensión en las voces susurrantes, que sus catorce años y su ombligo floreciendo la llevan en andas hasta la cocina.
- Sí que sí, Miranda de mi alma! Que el tiempo está horrible y hace frío! El ama Casilda está demasiado ocupada para darse cuenta de nada. Un poco de café y unos bollos de los tuyos, y Jesús te verá santa!
La negra cocinera nunca ha podido con esa niña que la abraza embarullada, y ahora menos, con ese rintintín embelesado que es su risa.

Los besos han sucedido entre entrada y salida del salón, que el ama no debe saber nada. Entrada la noche, el doctor Paso requiere a Josué y entonces, Clementina escucha lo único que quiere oir: "Te amaré para toda la historia, preciosa de mi vida!"
Y por eso no el importa, dormir apenas tres horas y levantarse de madrugada, lista para atender a Doña Casilda y sus invitados. Llueve y hace frío. La señora ordena ir todos a la plaza. "Yo también, ama? - pregunta Clementina ilusionada. "Tu también, claro. Acompañarás a Miranda, que hoy nada importa más que la Patria. No hay que vacilar!". Y el ama repite para sí: "No hay que vacilar!"
Y en la plaza, Josué les regala cintas blancas y celestes, que le ha rogado a los patriotas que las andan repartiendo y que se las han dado sonriendo, aunque sea negro y por eso mismo.
-Mi amo ha dicho que hoy es un día fundamental para la Patria, Clementina y yo he pensado en nuestro amor para toda la historia. Otra vez te lo digo!- y le ha rozado la cintura diciéndoselo al oído, y ella sabe que sí, con el alma ahíta de amor y la cintura de temblores.

El es un moreno alto y bello, como de película; y camina cerca del paso cansino de su Presidente. Un poco antes de que asumiera como presidente, su tío le dijo que don Pepe lo quería ver, y desde entonces está con él, lleno de orgullo.
Miranda vive en el barrio de Monserrat y ha visto a su Presidenta en la televisión y el viernes, entre mucha gente, a lo lejos. Es que entre el despacho de la presidenta y la cocina de su casa donde prepara licor de huevo y té de flores para vender en San Telmo, hay una distancia insuperable. Pero también anda con ese andar orgulloso de los amantes de la libertad, con sus ojos color miel que dan esa maravillosa pátina a su piel morena.
José la ve andar y la mira. Y se miran. Una multitud ruega que no llueva por el enorme paseo que es hoy la 9 de Julio mientras su Presidente duerme una siesta y su Jefe le ha dado un permiso de dos horas.
Corre hacia ella, se le acopla a su cadencia sin que le cueste nada y le dice: "Si me dejas, preciosa, en dos horas construyo un amor que dure para toda la historia!".
Miranda se ríe con un rintintín embelesado y le dice con la voz mas suave que encuentra en su corazón:
- Si eso me prometes, por que me lo prometes?
- Por el día de tu Patria, que me ha traido hasta tu boca, bonita!
-Entonces, sí.- dice ella como si mirara por un balcón, con una bandeja con pasteles criollos, vino patero, té de flores...

Se han besado como de siempre. Se han abrazado como si nunca y con la locura cabal con que se comienzan las historias que valen la pena de la pena, se han amado para toda la historia, durante un instante de dos horas que les ha dejado el alma ahíta de amor y la cintura de temblores.

nota de la autora: debo decir que en esta ficción hay tres nombres reales, el de doña Casilda Igarzábal , que poniéndole un "No hay que vacilar!", se lo trajo de los pelos a Saavedra y lo puso en su lugar y así me gusta creerlo. El del doctor Paso, que siempre me ha caído muy bien. Y el de don Pepe, claro.

imagen: www.bcnbib.gov.ar/bibliopress/bibliopress

sábado, 22 de mayo de 2010

abrazos y aplausos para él

TOUCHÉ
Me acomodé en la silla para liberar el ala del saco sobre la que estaba sentado. Ella lo interpretó como un intento de sacar mi billetera e intervenir en el pago de la cuenta.

—Yo pago -se apresuró a detenerme gentilmente con la palma de su mano y un gesto entre suficiente y amigable-.
—Por supuesto que sí -le sonreí, casi sin esforzarme en no pasar por desmedido-.
Había ordenado un pinot grigio californiano que nos dejaba a mitad de camino entre el chardonnay que ella hubiera elegido y el cencibel manchego que exigía mi cerdo asado, pero en más de un pasaje de la cena me imaginé en el café con unos colegas.
—Pero, Helenita, si me acabás de demostrar tu grandeza y capacidad para absorber su deslealtad y seguir adelante con la vida que proyectaban, ¿por qué insistís en que Nacho merece ser castigado?
—¿¡Qué pregunta es esa!? ¡Nina es mi prima! ¿No te parece que arrinconar a mi marido y besuquearlo no era por amor a él sino para tener algo idéntico a lo mío?
—Pero, ¿me lo estás preguntando a mí o a vos misma?
—Es una pregunta retórica, José, no hagas preguntas tontas… Ella tendrá mejor físico que yo pero desde chicas fue la bobita entre las dos. Nada más que por compasión siempre los abuelos la sacaban a pasear más seguido que a mí; o a ella la esperaban con lemon pie para el postre y a mí me pelaban unas manzanas duritas aptas para mi eterna dieta.
—Me hacés reír, Hele… cuando decís “bobita” me da la sensación de que se te está por escapar un “bonita”…
—¡Ja ja ja! -rió con franqueza, aunque fue un touché que me rogaba no indagar sobre mi sospecha-.
—Volviendo, ¿pensás planear volver a la habitación con Nacho?
—Mirá, José, para todo el mundo somos un matrimonio feliz, para Nina me convertí en un referente ético, una mujer que entiende, calla y perdona… y para Nacho seguiré siendo su esposa pero también su superior, no su pareja. Me gané con dolor el derecho de que ni se le ocurra pedirme que le cocine, le planche o me ponga mimosa. Pero, debilitar mi posición social por echarlo de la casa y que se rumoree que me ponía los cuernos, ¡jamás…! no es una movida inteligente.
—Disculpame, pero creo que si no te lo pregunto, nunca te lo vas a preguntar vos sola: ¿no estás joven para colgar los hábitos? Porque si no hay mimos para Nacho tampoco los hay para vos…
—¡Ja ja ja! -descargó su segundo touché mostrándome su pastillero- esto es un milagro de la ciencia, dos por día y tengo el empuje empresarial de una veinteañera y la libido de una abuelita…
—¡Ja ja ja! -me reí con ella, que no habría soportado imaginar que existe un bando enemigo, ni que integro sus filas-. ¡Ay, Helenita linda! siempre con todo bajo control… date el permiso de dejar que algo fluya sin tu dirección alguna vez, no sabés la mochila de piedras que te vas a quitar de la espalda…
—Siempre me dejás tareas complicadas, Josecito… ¿cómo se te ocurre pensar que algún pollito que protejo bajo mis alas va a poder dejar las cosas bien hechas sin mi ojo por detrás de su espalda? Si yo soy el motor de todo… me enfermo y se enferma la casa, falto a la oficina y nadie trabaja, falto a una fiesta y nadie baila, no soy yo la que cocina y nadie prueba bocado…
—…Y no renuncio a dejarte tareas complicadas. Pidamos la cuenta que se nos hace tarde y me gustaría que te quedara dando vueltas por la cabeza una pregunta que me hacía a mí mismo mientras hablabas de tus pollitos…
—Con cuidado, José, -me amenazó sonriente, fingiendo dulzura tirana- que donde te pongas impertinente no pago la cena… y no creo que tengas con qué pagarla vos, ¡ja ja ja!
—¡Ja ja ja! -fingí divertirme con su incivil sentido del humor- ¿Cómo sabés con tanta exactitud qué ocurre en tu ausencia? Hace dos años Nina era tu primita del alma y en este instante no sabemos en qué andará Nacho, que no toma de esos “milagros de la ciencia…”
Aunque no era mi intención, se le volvió a dibujar su natural semblante disconforme. Cambié de tema para no cerrar el encuentro con sabor amargo, creo que hablamos de una comedia que a ninguno de los dos nos había gustado. Aproveché a acomodarme el saco, antes no quería que algún movimiento mío la distrajera de la conversación.
La dejé pagar y salimos a la calle. La acompañé a su auto y, antes de despedirme con un beso en su mejilla, le pregunté si quería volver a cenar el jueves siguiente. Caminé media cuadra hasta mi auto preguntándome si Armando y Robi todavía estarían en el café. Encendí el motor y, antes de poner primera, hice algunas anotaciones.


H. Vaccaro dio dos touchés. Revisar apuntes de Adler. Evaluar retomar sesiones en el consultorio.


publicado por Daniel Os en su Blog lo mas importante se quedó afuera





jueves, 20 de mayo de 2010

acurrucados














los días se hilvanan
grises
el silencio
va ganando la batalla

él mira
con su amor
aun desnoticiado

ella y su amor
acurrucados
esperan el suceso
del milagro

imagen: flickr.com/sentir_efimero

domingo, 16 de mayo de 2010

aplausos y abrazos para ella

Tricófero de Barry



Al principio todas lo adoraban.

Esa mirada traviesa enmarcada en un rostro infantil era irresistible.
Y la boca.
Besaba tan bien.
Sabía citar, provocar, retirar, volver, aspirar, distraer, embestir, tropezar, dudar, picar, repicar, imantar, licuar, separar, retomar, zigzaguear, pespuntar, rozar, friccionar, hormiguear.
Marcaba el paso con sus labios llevando a los labios ajenos al abandono, a la borrachera, al derrame.
El problema venía cuando tocaba retomar las rutinas diarias.
Tras días o semanas de embeleso y cama (insuperable, todo hay que decirlo) había que reponer fuerzas.
Comer, vamos.
Entonces, las cosas se torcían.
Al sentarse en la mesa, la mirada pasaba de traviesa a aviesa y el rostro infantil exhibía un gesto ansioso y terrible.
Pronunciado el que aproveche, los cubiertos caían al suelo, se precipitaba un taconeo y el golpe seco de la puerta cerraba la cita.
Barry nunca lograba terminar una cena en compañía.
Por fortuna, Tricia fue la excepción.
Disfrutó de los besos, del jugueteo, de las faenas y cuando llegó la hora de la mesa, la abordó sin temor.
Frente a frente y desnudos.
Él caminó hacia ella y se colocó a su espalda.
Bajó hasta su cuello, la besó, acercó su brazo a la fuente, enterró la mano, depositó una porción en el plato, roció con aceite de oliva y le rogó, chupa, mientras le ofrecía la punta pálida de un lingüini.
Tricia lamió los dedos de Barry y sorbió la pasta con placer.
Sigue, le dijo.
Ella obedeció.
Tricia disfrutaba succionando, se dejaba llevar y usaba las riendas, alternaban poderes, comía entregada con los ojos cerrados.
Sentía que él la guiaba tirando de su pelo, más rápido, suave, para, vuelve, halaba con más fuerza, insaciable.
Así que decidió mirar, deseaba verlo comer, ansiaba saber.
Se encontró con la boca de Barry llena de mechones de pelos.
No eran sus dedos los que asían su cabellera, era su lengua.
Se llevó las manos a la melena.
Ya no llegaba a la cintura sino a los hombros.
No pares, dijeron al unísono.
Acabaron exhaustos y plenos.
Ella acarició su pecho lampiño.
Él jugueteó con su cuero cabelludo.
Dos suspiros sincronizados abarcaron el aire.
Dos pensamientos iguales quedaron sin confesar:
Hay más hambre…
Se miraron y no hizo falta decir palabras.
Volaron a la calle y se hicieron con un cargamento de pastas y de pelucas.
Se encerraron durante mucho tiempo, se amaron, se comieron e inventaron un crecepelo al que llamaron Tricófero de Barry.


O eso dicen…


publicado por Lena Yau en su blog  Mil orillas

nota: Tricófero de Barry (click aquí)

sábado, 15 de mayo de 2010

chocolate caliente













este otoño
tan dorado
tan bello en detalle
que llena de ruiditos de hojas
algunas veredas
y nos hace acordar
que aun tiene calles con árboles
mi querida Buenos Aires
y con gorriones, claro
-que las palomas
se han vuelto odiosamente urbanas
y no necesitan de árboles-

este otoño
decía
tan luminoso
y tan amigable
se resbala distraído hacia el invierno
y se ha despertado gris
este sábado de mayo.


me levanto
sigilosa
te dejo así
dormido como un niño
te acaricio apenas el bello pie
que siempre dejas descobijado
te miro un instante
vengo hasta el balcón
a buscar los zorzales
que no encuentro sin el cielo azul.


y antes que la melancolía
que me toca en el hombro
lista ya
para asaltar mi alma
me llegue a los ojos
me preparo con premura
una taza de chocolante caliente
que me ensancha la cintura
pero me salva el corazón.

miércoles, 12 de mayo de 2010

otra vez aplausos y abrazos para él

en comodato















Nada es nuestro
todo es prestado
apenas un momento
la ropa olvidará viejas arrugas
y los zapatos andarán caminos quietos
El destino da la vida en comodato
libre de valores agregados
y hasta el proyecto de un próximo verano
quedará donde se archivan
los buenos pensamientos del pasado
¿ Por qué queremos poseer
ser propietarios ?
si el mar que llevamos en los ojos
con todo lo querido y sin querer
con toda la ilusión y el sentimiento
es nuestro en alquiler
hasta el último día del contrato


Publicado por mi querido esmoris

sus letras y su alma, y también su mirada..., sí, sí: su mirada que aun no sus ojos,
ya están agregados en Cláusula Adicional de mi Contrato.

viernes, 7 de mayo de 2010

primeros fríos










hace frío esta noche.

el otoño
ha suavizado el sol
esta tarde
y le puesto un vientito
de invierno a la luna.

es viernes

y se me mezclan
en el paso
con hombros encogidos
el cansancio gris
de la semana
y el cálido apuro
acompasado
de saber que me espera
el suave calor
de acurrucarme
mecida en tus brazos.

sábado, 1 de mayo de 2010

breve crítica de la soledad











la soledad
es amante peligrosa

generosa con venenos
de prometidas libertades
apadrina cobardías
mata los espejos
confunde los relojes
hipnotiza con libros
lava pies enmohecidos
en pantuflas de domingo
sin nada de reproches
es una sutil traidora
de los amores propios.

y luego
te hace pensar en premuras
de otros ojos y otros labios
te hiela la sangre de miedos
inventa trampas
plantea escaramuzas
regala insomnios
de sueños e ilusiones
alarma con urgencias
sinsaborea el cafe de la mañana
juega con melancolías
de sábanas calientes
de otras piernas

estremece de frío
contagia soliloquios
y desdibuja el deseo
se hace equívoca
prejuiciosa
tramoyista
quiromante de deseos ajenos
hasta que
patética amazona
ciega de envidia
provoca equívocos
desdibuja encuentros
planea rutinas de dolores
y desencuentros

desangela al amor

y le creemos.



imagen:http://moderrunner.blogspot.com/