sábado, 22 de mayo de 2010

abrazos y aplausos para él

TOUCHÉ
Me acomodé en la silla para liberar el ala del saco sobre la que estaba sentado. Ella lo interpretó como un intento de sacar mi billetera e intervenir en el pago de la cuenta.

—Yo pago -se apresuró a detenerme gentilmente con la palma de su mano y un gesto entre suficiente y amigable-.
—Por supuesto que sí -le sonreí, casi sin esforzarme en no pasar por desmedido-.
Había ordenado un pinot grigio californiano que nos dejaba a mitad de camino entre el chardonnay que ella hubiera elegido y el cencibel manchego que exigía mi cerdo asado, pero en más de un pasaje de la cena me imaginé en el café con unos colegas.
—Pero, Helenita, si me acabás de demostrar tu grandeza y capacidad para absorber su deslealtad y seguir adelante con la vida que proyectaban, ¿por qué insistís en que Nacho merece ser castigado?
—¿¡Qué pregunta es esa!? ¡Nina es mi prima! ¿No te parece que arrinconar a mi marido y besuquearlo no era por amor a él sino para tener algo idéntico a lo mío?
—Pero, ¿me lo estás preguntando a mí o a vos misma?
—Es una pregunta retórica, José, no hagas preguntas tontas… Ella tendrá mejor físico que yo pero desde chicas fue la bobita entre las dos. Nada más que por compasión siempre los abuelos la sacaban a pasear más seguido que a mí; o a ella la esperaban con lemon pie para el postre y a mí me pelaban unas manzanas duritas aptas para mi eterna dieta.
—Me hacés reír, Hele… cuando decís “bobita” me da la sensación de que se te está por escapar un “bonita”…
—¡Ja ja ja! -rió con franqueza, aunque fue un touché que me rogaba no indagar sobre mi sospecha-.
—Volviendo, ¿pensás planear volver a la habitación con Nacho?
—Mirá, José, para todo el mundo somos un matrimonio feliz, para Nina me convertí en un referente ético, una mujer que entiende, calla y perdona… y para Nacho seguiré siendo su esposa pero también su superior, no su pareja. Me gané con dolor el derecho de que ni se le ocurra pedirme que le cocine, le planche o me ponga mimosa. Pero, debilitar mi posición social por echarlo de la casa y que se rumoree que me ponía los cuernos, ¡jamás…! no es una movida inteligente.
—Disculpame, pero creo que si no te lo pregunto, nunca te lo vas a preguntar vos sola: ¿no estás joven para colgar los hábitos? Porque si no hay mimos para Nacho tampoco los hay para vos…
—¡Ja ja ja! -descargó su segundo touché mostrándome su pastillero- esto es un milagro de la ciencia, dos por día y tengo el empuje empresarial de una veinteañera y la libido de una abuelita…
—¡Ja ja ja! -me reí con ella, que no habría soportado imaginar que existe un bando enemigo, ni que integro sus filas-. ¡Ay, Helenita linda! siempre con todo bajo control… date el permiso de dejar que algo fluya sin tu dirección alguna vez, no sabés la mochila de piedras que te vas a quitar de la espalda…
—Siempre me dejás tareas complicadas, Josecito… ¿cómo se te ocurre pensar que algún pollito que protejo bajo mis alas va a poder dejar las cosas bien hechas sin mi ojo por detrás de su espalda? Si yo soy el motor de todo… me enfermo y se enferma la casa, falto a la oficina y nadie trabaja, falto a una fiesta y nadie baila, no soy yo la que cocina y nadie prueba bocado…
—…Y no renuncio a dejarte tareas complicadas. Pidamos la cuenta que se nos hace tarde y me gustaría que te quedara dando vueltas por la cabeza una pregunta que me hacía a mí mismo mientras hablabas de tus pollitos…
—Con cuidado, José, -me amenazó sonriente, fingiendo dulzura tirana- que donde te pongas impertinente no pago la cena… y no creo que tengas con qué pagarla vos, ¡ja ja ja!
—¡Ja ja ja! -fingí divertirme con su incivil sentido del humor- ¿Cómo sabés con tanta exactitud qué ocurre en tu ausencia? Hace dos años Nina era tu primita del alma y en este instante no sabemos en qué andará Nacho, que no toma de esos “milagros de la ciencia…”
Aunque no era mi intención, se le volvió a dibujar su natural semblante disconforme. Cambié de tema para no cerrar el encuentro con sabor amargo, creo que hablamos de una comedia que a ninguno de los dos nos había gustado. Aproveché a acomodarme el saco, antes no quería que algún movimiento mío la distrajera de la conversación.
La dejé pagar y salimos a la calle. La acompañé a su auto y, antes de despedirme con un beso en su mejilla, le pregunté si quería volver a cenar el jueves siguiente. Caminé media cuadra hasta mi auto preguntándome si Armando y Robi todavía estarían en el café. Encendí el motor y, antes de poner primera, hice algunas anotaciones.


H. Vaccaro dio dos touchés. Revisar apuntes de Adler. Evaluar retomar sesiones en el consultorio.


publicado por Daniel Os en su Blog lo mas importante se quedó afuera





11 comentarios:

  1. Daniel Os es un escritor muy interesante, profundo y divertido, aunque su imágen en su blog dé la idea de "arte esfímero" (jap jap).

    y esta entrada me pareció un touché para los que eligen vivir invulnerables a la sensualidad, pobrecitos míos.

    conozcan a este Escritor!

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  2. Es para conocer, realmente.
    Saludos.

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  3. Un golpe de realidad... luego de sólo entradas brillantes un texto menor en este espacio...
    D.

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  4. Escribe muy bien.
    Gracias por mostrarlo.

    Besos.

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  5. Está muy bien. La visión de una cena en la que bien años atrás se invertían los roles. La mujer masculina y el confidente. Está muy bien tratado desde el mismo lugar el poder. De lo que realmente escapa a lo simple y convive en un mundo flaco y aparente.
    Conozco algunas personas así. Convierten el amor en estratégia para no perder.

    buena elección.

    beso y felicitacíones a Daniel.
    Un abrazo al otro Daniel.

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  6. Impecable prosa, tan certera, que me parece haber vivido lo que cuenta...

    Felicitaciones a Daniel, y a usted por haberlo compartido (al Touché, no a Daniel, ni a Daniel)

    Besos!

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  7. Lindisimo texto.
    Vos y tus revelaciones me encanta.
    Fecilitaciones a su autor.

    Besos!

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  8. Me ha encantado... siempre enseñándome cosas nuevas

    Saludos y un abrazo!

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  9. Hermoso, dama, como siempre!

    Ya se extrañaba andar por aca. Hoy estoy de visita y celebrando el bicentenario, pero de manera bizarra para no perder el toque jajaja,

    Besotes

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  10. Hola vine a devolverte la visita , pero me quedo un rato por aquí leyéndote ...

    Saludos .

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