miércoles, 28 de enero de 2009

sola




tócame, ausente.
ven hasta mi mente.
.
sóplame los párpados
.
enguanta en mis manos
la seda de tus manos
.
te espera
la ardiente geografía
de mi cuerpo.
.
tus/mis dedos
liban en mis labios
el agua del camino.
.
desde el mentón
otean
el espacio que te ofrezco
y resbalan
la ladera de mi cuello
hasta el valle de mis lunas
.
mis/tus dedos
dibujan círculos
concéntricos
hasta los oscuros puntos
que son puertos.
.
ay
la planicie de mi vientre
ni tan lisa ni tan fresca
con el perfecto misterio
del ombligo.
.
una honda brisa
huracanada de suspiros
me trae la memoria de tu boca
y me desboca
.
tus/mis dedos
descubren los panales
de mi sexo:
bébete la miel!
.
(el sudor de mi piel
se derrama como arena)
.
destócame, ausente.
me quedo con la luna.
sola.

lunes, 26 de enero de 2009

vuelta de hoja




he andado perdida
en un laberinto de cotidianeidad,
pasos en falso,
encrucijadas y crucigramas engañosos,
cantos de delfín,
ensoñaciones, enredos tecnológicos y cuentos del tío.



pero hoy es lunes


y en una embriaguez de yo
soy ésta
y no ésa
perdida en el follaje gris
del porque sí,
me he perfumado el escote
y he dibujado una risa en el espejo,
robé del almacén veinte crayones
con el arco iris,
un cuaderno nuevo,
una puesta de sol y ahí la luna,
le encargué a miles su canción mas sexy
y me compré
un pote de sensualidad.... y dos cucharas!


te vienes
conmigo
a timarle a la vida
lo que aun tenga para timarle?
te elijo mi cómplice.

sábado, 17 de enero de 2009

olor de antes




soy bicho urbano

me gusta
esta ciudad
con su amor y su espanto

pero

esta lluvia de verano
no sé yo de dónde
me trae
a la ventana
el bello olor de la tierra mojada

y entonces

mi alma
me disfraza de muchacha!







ya ni adios a gustavo

Al final del camino
Francisco Valdepeñas Maruendo

Sin nada que la señalara, imprevistamente, reconocí tu espalda.
Caminabas delante de mi, entre la gente, con ese paso así, como esperando, que tanto me gustaba.
Lo primero que vi fue el centro de tu espalda y mis ojos no pudieron evitar comprobar que eras vos. Extendí la mirada hasta ese cuello firme que sostiene tu cabeza y sonreí un poco por tu calva incipiente.
Llevabas una camisa azul que me hizo pensar en tus ojos; en tus ojos claros como de garúas por adentro, como de olas furiosas, como de aguas claras reflejando. Como de vidriecitos, cuando nos reíamos. Te reías poco, pero sonreías lindo.
Amaba mirar la forma de tu boca apenas leve, entre tu barba de oro rojo.
Me detuve un poco para ver cómo te ibas, sin sentir mi mirada, sin saber de mí, sin sentirme.
Me asaltó una tristeza húmeda, un nudo ineludible por detrás del esternón, casi al costado del corazón, justo en el alma.
Y sentí un desasosiego doloroso como un calambre.
Después de este tiempo tiritando tu ausencia, de todas las lunas menguantes que miré sin llanto, de todos los espejos en que quise olvidarte, los cafés que dejé enfriar de soledad en los bares y las mañanas grises como ángeles de cementerio, la imagen de tu espalda, tu paso, tu camisa azul, tus ojos por delante, tu barba de cobre, no habían movido el ritmo tranquilo de mi sangre.
Fue tan sólo una leve sensación de desmemoria, un gélido soplo en el hombro.
Ya ni adiós.

jueves, 15 de enero de 2009


no hay
laberinto mas breve
y extenso
que el de tu boca.



ni espuma mas tibia
ni ambrosía mas dulce
ni licor mas profano
que los de esa copa.



asalta
mi pensamiento
cancela
mi memoria
tálame los pies
córtame las manos
ampútame el alma.





déjame tu boca.

martes, 13 de enero de 2009

el soplo de dedalus


me vaciaba el alma
cada tanto
esa oscura idea:
la esperanza es traidora
.


deja que la esperes
hasta
que no tienes memoria


agrisa el gesto
destiñe a eros
embauca a dionisio

pura falsa historia



el anhelo, en cambio
siempre
es el buril de un mago.









domingo, 11 de enero de 2009

mañana de lunes (cuentito leve)


Subió al tren como una tromba; casi al mismo tiempo de cerrarse las puertas.
Julia vió esa gorrita de rafia salpicada de lluvia, vintage y graciosa, y tuvo un repentino ataque de curiosidad. Estiró el cuello desde su asiento, pero sólo logró -entre la gente apiñada de lunes, mal humor y nueve de la mañana-, sólo logró ver que aquella gorrita de rafia de pequeña visera, cubría un cabello oscuro, brillante, un poco enmarañado y, mas que nada, una gota redonda, atrevida y persistente, detenida en un rulo que se perfilaba entre la sien y la frente.
La vió porque esa gota reflejaba la luz de una bombilla del subte y parecía un diamante malabarista en ese rizo de pelo negro. “Oh, diamante malabarista?” , repitió para sí misma con cierto sarcasmo. “Qué horrible cursilería, ni siquiera es tarde de domingo!...” Pero seguía mirando hipnotizada la pequeña gota asida a aquel mechón escapado de la gorrita tan fashion, no?
Cómo no se había descolgado cuando él corrió hasta el tren? O cuando se hizo lugar entre la gente? Y entonces, todo sería en él tan gracioso como esa gorrita vintage y ese rulo tan sexy y esa manera tan sensual de llevar las gotas de lluvia por la vida?
Julia dio un respingo. “Ey, mira las consecuencias de un lunes por la mañana y esa lluvia sin aviso!...” Por otro lado, la víspera había sido un buen domingo, de ésos inesperados, con amigos, tragos, agua, sol, alegría…, pero la gota seguía allí y ahora podía ver una frente despejada y clara, en perfecto contraste con su cabello, en claro complemento de su gesto ajeno, siguiendo con su cuerpo el vaivén del tren, sostenido por los pasajeros vecinos.
Caramba, sentía la boca reseca? Por un instante entornó los párpados e imaginó esa gota entre sus labios y el rulo cosquilleando en su comisura y la frente fresca…, mientras sus dedos tocaban levemente su labio inferior y aquella gota de lluvia resbalaba por su cuello, redonda, atrevida, persistente.
Cuando aquellos ojos oscuros la miraron, solo por mirar alrededor, sin idea de nada que no fuera su propio hastío, encontraron la mirada de Julia esmerilada por un velo de embeleso y entonces dejó de mirar para ver ese gesto curioso, el cuello atento, la espalda erguida. Esa mujer lo miraba a él? En esa mañana de porras, en el subte, con su hastío de domingo como una bufanda? “Mi reino por esa mirada” se dijo. Y avanzó hasta ella, entre la gente.
Se miraron como si hubieran sabido que iban a encontrarse.
“Hace un minuto, sentí tu mirada como un estilete, ahora la siento como un beso. Es beso o estilete?” y sus ojos oscuros reflejaban claramente a aquel encantador urbano, que ella percibió de inmediato.
“Es por esa gota de lluvia que llevas en el pelo, nada mas. Me da sed.”
El desconocido inclinó lentamente su frente hasta la boca de Julia que se bebió la gota-diamante-malabarista apretando sus labios contra la frente fresca como si fuera un cántaro, absorbiendo como una suave olor a incienzo. Y él sobre su cuello, se respondió: “Es beso”.
Los sorprendió la voz que les solicitaba descender del tren y entonces, estaban solos. Se rieron y como una pareja salieron al andén.
Ella con su ropa de muchacha típica, con empleo fijo y amigos e inesperados domingos de alegría porque si.
El con su ropaje de todo me importa bastante poco y esperados domingos de hastío y “música porque sí, música vana”.
Ella le tocó apenas el pelo, sonrió con súbita tristeza y comenzó a caminar hacia la escalera mecánica.
Trastabilló casi en el primer escalón rodante cuando escuchó otra vez su voz: “El próximo lunes bésame aunque no llueva. Te andaré buscando”.
Se volvió de inmediato y ya no vió a nadie.
Sintió apenas el sabor de la lluvia. Ya no llovía.

secreto


te amodio, luna
me sacias el alma
me quitas el amante

sábado, 10 de enero de 2009

cautiva

te dejo dormido.
abandono tu sueño desaprensivo

y bello
me engaño: mi alma se queda ahí.
recorro la casa
sólo para pensar que allí estás.

y cuando regreso a tu costado
me inunda la maravilla:
duermes sobre mi silueta en las sábanas.
le haces el amor a mi alma?

le haces el amor a mi alma!
alojado invasor de mi libertad.
sin tocarla.

jueves, 8 de enero de 2009


Nos gusta
besarnos como náufragos
en los marcos de las puertas.
Besos como abrazos
besos con risas y palabras.
Sexo embesado.

Cuando la realidad
sea
un terremoto arrasador
el marco y la puerta quedarán en pie.

..................................................Y entonces, nuetros besos.

Los amantes, como el vino.




¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?
Con otoños de oro lo inventaron. El vino
fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.
.....................................................Jorge Luis Borges


Los amantes, como el vino, surgen de la valerosa, singular, ardiente intención (más que idea) de inventar la alegría.
Y necesitan de una cosmovital conjunción de astros y de secretos días, de subliminales momentos como días, de ocultísimos instantes como siglos.
Y son súbditos desmesurados en el reino de la sensualidad...., y fluyen rojos de créspuculos, dorados de otoños, blancos de lunas incontadas, prodigiosos y silentes de la música que les ombliguea el alma, las manos, las bocas sedientas, las miradas perdidas, encendiendo fuegos poderosos, felinos, hambrientos, perezosos como leones...
Pero los amantes, mas que el vino, necesitan de otro. Se pluralizan en el otro, en ser dos y miles, en ser uno y el otro, en yo, tu, nosotros...
Venga a mi mano y a mi mente, a la yema de mis dedos, al cántaro de mis ojos, al manantial de mi boca y la sed de mi nariz, a la cuenca de mis oídos, el rojo vino en la ardiente copa que reinvente la memoria de mi amante dulce, arduo, discronológico e intenso como el mejor de los vinos.

miércoles, 7 de enero de 2009

Mirando Lunas

Tentada por la magia de navegar en Internet, sin brújula, sin timón y sin destino, me he venido a mirar las lunas de este mar..., a dejar que mi alma ejerza una libertad sin límite: sólo no escuchará el canto de las sirenas. Y cada puerto será un descubrimiento!
Cuando niña, mi padre me contó que un soplo en los párpados dormidos despierta la fantasía y los colores de los sueños. Y yo me lo creí, ciertamente.
Espero el soplo de vuestras miradas en mis párpados dormidos!