Estos días he andado así, enfurruñada.
Cada tanto me pasa, pero es que antes vos no estabas.
Y cuando me pasa es porque me canso.
Me cansa un poco la cotidianeidad.
Me entristece.
Se esmerilan los colores y me duele la vida en los hombros.
Se me pone áspero el corazón de una forma inexplicable.
Y mi alma podría pasar indiferente por sobre un dibujo de Rayuela sin intentar llegar al Cielo.
Así que me da por llorar. A ratitos. Un lagrimeo y un sollozo.
Nada que pueda espantar a los duendes.
Y luego, le dedico un guiño a mi mirada de siempre, y hago que las lágrimas me embrillen la mirada.
Y me vuelve la risa, en un momento.
Es que antes vos no estabas.
Nononono.
No quiero hablar de nada.
Mejor, quiero estar un rato en silencio. Mirándome las tripas.
Escuchando el camino de mi sangre.
Viviéndome a solas un instante.
Ahora ya puedes abrazarme.
Necesito tus brazos. Tu mirada. Tus besos.
Nuestros besos en los marcos de las puertas.
Nuestras charlas interminables de piernas entrelazadas, mezclando la risa con lo serio.
Cada tanto me pasa, pero es que antes vos no estabas.
Y cuando me pasa es porque me canso.
Me cansa un poco la cotidianeidad.
Me entristece.
Se esmerilan los colores y me duele la vida en los hombros.
Se me pone áspero el corazón de una forma inexplicable.
Y mi alma podría pasar indiferente por sobre un dibujo de Rayuela sin intentar llegar al Cielo.
Así que me da por llorar. A ratitos. Un lagrimeo y un sollozo.
Nada que pueda espantar a los duendes.
Y luego, le dedico un guiño a mi mirada de siempre, y hago que las lágrimas me embrillen la mirada.
Y me vuelve la risa, en un momento.
Es que antes vos no estabas.
Nononono.
No quiero hablar de nada.
Mejor, quiero estar un rato en silencio. Mirándome las tripas.
Escuchando el camino de mi sangre.
Viviéndome a solas un instante.
Ahora ya puedes abrazarme.
Necesito tus brazos. Tu mirada. Tus besos.
Nuestros besos en los marcos de las puertas.
Nuestras charlas interminables de piernas entrelazadas, mezclando la risa con lo serio.
La rutina con la magia. Acunando nuestro amor entre las sábanas.
Es domingo y ya sabes.
Me gusta vivir contigo los pecados que elegimos para reirnos del infierno.
La fiesta de nuestro amor que nos despierta el hambre que enmiga la cama y la pereza insoslayable de la siesta.
Y que nos amanezca el anochecer!...
Me pasa cada tanto la tristeza.
Es que antes vos no estabas.
Es domingo y ya sabes.
Me gusta vivir contigo los pecados que elegimos para reirnos del infierno.
La fiesta de nuestro amor que nos despierta el hambre que enmiga la cama y la pereza insoslayable de la siesta.
Y que nos amanezca el anochecer!...
Me pasa cada tanto la tristeza.
Es que antes vos no estabas.
Querida !!! maravilla !!! me recuerda a una Tal ...Ana Gabriela que a veces solo a veces y de a ratitos se pone asi , pero vos lo decis con belleza .
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Una maravilla, que bueno que ahora esté...
ResponderEliminarbeso,
Me gustan todos esos ratitos.
ResponderEliminarSilencio.
Alguna lagrima.
Unas miguitas que se desparraman.
Miradas, besos y abrazos.
Y tambien ese ratito tan único, ese... ese que se necesita para respirar.
Pero siempre mientra está.
Que bonito lo dices, verdad que si?
Verdad que se puede?
Besos con gustito a un otoño que me empieza a gustar.
:)
Es que antes no era lo mismo.
ResponderEliminarAhora todo ha cambiado.
Para bien espero.
Besos.
Lo que has escrito es hermoso.
ResponderEliminarBesos.
Hay personas que nos vuelven pedazos irreconocibles.
ResponderEliminarBella manera de solucionar los cambios de humor.
ResponderEliminargracias, anagabriela...querida congénere, con tantas expresiones en común...besos
ResponderEliminargracias, sereno de faros.... es bueno que esté, si.
ResponderEliminareso, eso, eso....el otoño es dorado, cálido, íntimo... y què contenteza que te guste!!!
ResponderEliminarMirada de luna que hoy entrecierra los ojos y deja escapar un lagrimón. Tu cara oculta no es más que la pausa necesaria que dibuja los perfiles de la noche y luego se encarga de ponerle colores a la madrugada. Dices que antes él no estaba; bueno ahora está y sólo es bastaría para redimir los duelos del pasado, revitalizar las alegrías del presente y pronosticar los tiempos nuevos con Rayuelas que, inclusive, veyan más allá del cielo. Si te dijero que hoy, en esta tarde de lluvia, te robo ese lagrimón porque quiero que en él resbale una nostalgi calladita que anda despacito por mi pecho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo de oso y un besito de mago
Carlos Eduardo
no es lo mismo, salvaje...por suerte no es lo mismo! me gusta tu visita, animalito!
ResponderEliminarPues si se te pasa el enfurruñamiento porque ya esté me alegro. Quizás esté en los recuerdos...
ResponderEliminarEl paso a las estaciones de los colores siempre es hermoso, sea primavera u otoño los contrastes nos regalan vida, pero cuentan las malas lenguas que también estamos más sensibles, más perspicaces con la melancolía y sus sombras.
ResponderEliminarCuídate. Besos.
un beso, impersonem. Tu halago es un premio
ResponderEliminarverdemundo...que cierto es eso! llévate mi cariño!
ResponderEliminarconfieso que sí, noelito... y a confesión de parte....
ResponderEliminarnocheoscuro, los amores siempre están en el recuerdo, por las dudas....desde el instante en que nacen, creo!
ResponderEliminarcolombiano...siempre vos me cuidás con tus palabras...un beso, amigo!
ResponderEliminargabi, sabés qué? aunque a veces me enfurruño, siempre me queda algún hilo de color que me anuda otra vez con la alegría. Me encanta tu visita!
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