Los campesinos dicen que es un gigante. Un cíclope, incluso. Polifemo que rechaza a infieles y cristianos por igual. Pero no es nada de eso. Es un hombre como cualquier otro, sólo que a él le fue indicado en tiempos inmemoriales que debía custodiar La Torre. Y cumplió (cumple) con ello.
Los Señores lo evitan. La Torre no tiene ningún valor, y es vano perder hombres por un loco gigante, con un ojo o con los dos. Porque si le tiran flechas, él las devuelve envenenadas; cada piedra que le arrojan desciende envuelta en llamas; y cambia las lanzas recibidas por otras más filosas, con puntería sin igual.
El hijo del Sultán supo de su leyenda, y ya sabemos cómo son los hijos de los sultanes. Como un juego fue por el loco, con algunos de sus hombres más leales. Comenzaron a dar pedradas a lo alto de La Torre. Y el loco les respondió. Una piedra alcanzó al joven y lo mató. Los suyos juraron venganza. Y el loco rió, porque todos se van prometiendo venganza. Pero no regresan jamás.
Un amanecer vio a alguien acercarse, solitario. No llevaba armas, y el loco nada más lo observó. Era una mujer. Durante siete noches, la mujer cantó al pie de La Torre. El loco nunca había oído cantar a nadie, y primero se rió. Pero luego comprendió que las canciones contaban historias de una vida maravillosa, la vida de un hombre que él ni siquiera se había atrevido a soñar.
La séptima noche no lo soportó más, y arrojó una soga a la base de La Torre. La mujer seguía cantando mientras escalaba, y el loco comenzó a llorar, temblando de felicidad ante su cercanía. Ya estaban a punto de tocarse, el loco con la mano extendida, cuando la mujer se detuvo. Un presentimiento la atemorizó y descendió de nuevo, presurosa, alejándose corriendo de La Torre. Siete días y siete noches estuvo el loco llorando de dolor, recordando esas dulces historias del hombre imaginario que la mujer le cantó.
Al octavo día el horizonte se puso blanco. El loco pensó que eran rayos tormentosos, pero no. Era un ejército de sarracenos y catapultas, con el Sultán a la cabeza. Llevaban algo adelante, pero no era una bandera ni un estandarte. Era el cuerpo de un joven. Esta vez sí, alguien cumplió. Venían a vengarse y el loco se dio cuenta que no podría con todos ellos.
Sin embargo, él está dispuesto a defender La Torre con su vida. Sus enemigos se acercan y el loco apila sus piedras, prepara el veneno de las flechas, afila las puntas de sus certeras lanzas.
Mientras se dispone a cumplir con su destino, sin advertirlo canturrea una hermosa canción que cuenta la dulce historia de un hombre, que no es la suya.
Publicado por Marcelo en su blog "LA MENOR IDEA"
cometo con el quía una contradicción y una reparación.
ResponderEliminarla primera es que le he dicho que lo prefiero en poesía, mas que en prosa y me he traido para aplaudirlo este cuento.
y la reparación es por aquel cuento del genio que emocionó a todos y a mi ni frìo ni calor.
este cuento me ha llenado el alma de temblorosa emoción.chapò!
El cuento del genio es maravilloso, y este no tiene desperdicios.
ResponderEliminarEl blog de Marcelo está cada día mejor!!! Y no exagero, si no me guardo.
Vale tu homenaje!
Bien Cronista, desde acá mi abrazo y mis felicitaciones
MIRALUNAS GENIA, generosa, maravillosa mujer.
Te quiero piba!
Son las tres, llego medio en dope y te mando comentario extenso, emocionado, por tu generosidad y cariño. Y el buchón de blogger me lo espiantó!
ResponderEliminarmejor no meto más la pata y me ensobro. Pero sabé, que me ensobro con sonrisa de entre orejas, gracias a vos.
Un beso
Ay, amiga.
ResponderEliminarEres linda, linda, linda.
Marcel es el genio del cuento, porque cada día escribe mejor.
Besos a la barra, linda gente nos hemos juntado.
un hermoso relato para leer al mediodía de un hermoso domingo como este!!!
ResponderEliminarsaludos miralunas
jajajajja...miralunas...piedra libre al mago solar.
ResponderEliminarbesojos.
A visitar a Marcelo.
ResponderEliminarquerida miralunas
ResponderEliminarllevate lo que quieras
lo que te pido
es que linkees la obra al blogg del autor
ya que sabrás que notengo derechos sobre ellas.
y para cuándo subo algo tuyo?
te dejo mi mail
y te voy a enviar en este momentito una invitación
deluganoalaluna@gmail.com
Realmente buena historia.
ResponderEliminarGenial.
Saludos.
Miralunas, que bueno que hayas traído la obra del cronista en dope, generosa mujer! Te extraño, no lo demoremos mucho.
ResponderEliminarBesotes
Estercita