Nonononno, señora, que no he
querido robarle. Si yo iba a avisarle cuando hubiera alguien en su casa! No me
mire asi, Agente, es la pura verdá lo que le digo. Cómo iba a querer traerme estas
florcitas sin pedirle permiso! Es que pensé que le sobraba…, usté vió el jardín
de la señora, lleno, lleno de estas florcitas? Señora, que no es para gritar
así, doña. Que no soy sucia ni ladrona, no me diga eso que me duele en el alma,
que cobro la mínima y bien me arreglo. Solamente soy pobre y me quedé sin casa.
Y sola. Y vivir acá, bajo la autopista no es nada fácil. Y no, claro que a usté
no le importa. No tiene hijos, usté, alguien que la quiera? Ah, se fueron.
Pero, y nunca la visitan? Porque yo ya nací sola, me parece, pero si hubiera
tenido hijos, a lo mejor no estaría aquí, ni me hubiera traído esa maceta con
esas florcitas. Pero, es que la señora de enfrente de su casa, esa que nos está
mirando, me dijo que estas florcitas se llaman “alegría del hogar” y como
usté tenía tantas, pensé que pudiera regalar porque le sobraba. A mí que ya ni alegría,
ni hogar tengo. Y porque somos vecinas. Pero le pido disculpas y se las devuelvo
porque veo que no le sobra, que más bien le falta. Pobre doña! Tanta “alegría del
hogar” y que sea mentira. Pobre doña! Tanta “alegría del hogar” en el jardín y
sin nada en su alma. Llévelas, nomás, que a mi, por lo menos, con el cielo me
alcanza!
con mas palabras jugando en lo de Gabi*, dònde mas?
Qué sentido ha tomado el nombre de esa plantita! Vaya, cuando las palabras juegan ese rol de vida que las transforman en algo esencial. Pura vida.
ResponderEliminarEgoísta una, necesitada la otra, pero ciertamente, paradojas de la vida, quien más parece tener, de más carece. La frase final, es un mundo, un techo, un todo, para quien nada posee y sabe apreciarlo.
Gracias por tu aporte, muy buen relato! y esas alegrías, flores sencillas pero bellas, que siempre es bueno tener en casa. :)
Besos!
Gaby*
Me ha gustado mucho el relato y además es muy primaveral como en la estación que estamos aunque no lo parezca.
ResponderEliminarEse final es genial, tanta alegría en el jardin y dentro ná de ná.
ResponderEliminarUn beso.
Muy buena lección la que nos das aquí, acorde con los tiempos que nos toca vivir. La mujer rica sin nada en el alma, en cambio la pobre tiene toda la riqueza del mundo a pesar de no tener nada.
ResponderEliminarUn abrazo
Tanta alegría y para lo poco que le valía...
ResponderEliminarYo voy a ver si pillo una en algún jardín y me la llevo para mi casa sin que me vea nadie .
Un beso!
Es curioso el giro que las palabras van tomando cuando se enlazan entre ellas de forma especial, se pueden interpretar literalmente tanto como en sentido figurado,abriéndonos nuevos significados. "la alegría del hogar" sería una flor muy codiciada si con ella se pudiera asegurar la armonía de cada casa!
ResponderEliminarun abrazo
Con ese color, imposible no sonreír... Un abrazo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHa habido un fallo así que vuelvo a comentar que me ha encantado tu texto. Un monólogo rápido que va intensificándose a medida que avanza y con un profundo mensaje.
ResponderEliminarUn beso.
Hermoso relato, con un lenguaje coloquial que lo hace más real y sentido. Me gusta como jugaste con el nombre de la flor, para dejar una moraleja sobre un final maravilloso.
ResponderEliminarUn beso enorme.
ResponderEliminarPorque a veces las palabras se equivocan "la alegria del hogar" no siempre esta detras del color y del perfume.
Un beso
Divertido y aleccionador. Esconde ternura y descaro, justo el que hace falta para mirar de cara a este mundo de palabras vacías que a algunos les ha tocado vivir.
ResponderEliminarMuy buen texto.
Besos
Me gusta el monólogo. Aunque no se oiga la otra parte se intuye perfectamente.
ResponderEliminarUn beso.
Alegría del hogar, tan linda ella, y a veces la dejan sola.
ResponderEliminarabrazo!
La alegría del hogar no se encuentra en las flores más o menos bellas como demuestra tu relato hasta la saciedad. La alegría se encuentra en el corazón de las personas y nos habla de una actitud ante la vida, por muy adversa que esta se nos pueda presentar. Hay tristeza en muchos palacios y alegría en no pocas chabolas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Vivimos tiempos en los que nadie regala alegría. Muy bueno lo suyo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hay tanta gente que parece tener de todo, de sobra... y en realidad no tiene ná de ná!
ResponderEliminarMuy buena tu reflexión con este cuentito!
Muxutxuak!
;)
Quién sabe por qué nos aferramos a lo que consideramos propio. En este doquier de infelices nos desgarramos las tripas por algo que consideremos nuestro. Bien podría ser una escena de "Los miserables". Besos, placer leer tus textos, como siempre.
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