viernes, 7 de abril de 2017

amores de infancia jueveros


veinticuatro colores


En cuarto grado, Roberto era el dueño de la única caja de Lápices FABER CASTELL en veinticuatro colores, entre todos los alumnos de la Escuela Modelo Nº1, de Gualeguay.
Y a mi me encantaba dibujar!
Por tanto, habíamos hecho un trato que nos ponía automáticamente de novios: yo ilustraba con mis dibujos su cuaderno de clases y eso me daba derecho al uso de sus bellos e inalcanzables veinticuatro lápices que resumían los colores del universo y que se guardaban en un estuche de metal único.
Eso me hacía sentir la heroína de una novela de amor a los diez años.
Mis recuerdos se hacen borrosos en el devenir de la adolescencia y a los diecisiete me fui a Santa Fe a la vida universitaria.

Cuando nos volvimos a ver, habían pasado veinticinco años desde que me fui.
Festejábamos las Bodas de Plata como egresados y ese regreso Gualeguay significó volver por tres días a los diecisiete.
En la cena del encuentro, despues del sorprendido saludo, nos sentamos uno al lado del otro, un poco por casualidad. Nos contamos lo de ese tiempo: él se había casado con la rubia tonta hija del dentista y yo estaba separada de mi primer marido.
Entre la adolescencia retornada y los brindis, los ojos brillantes y la risa fácil nos habían puesto hermosos y seductores, ya saben.

Roberto me invitó a bailar música caribeña y yo acepté encantada. Me gustaron su invitación y su mirada: lo recordaba introvertido y un poco hosco. Pero se había vuelto un hombre buenmozote y amigable.

De pronto, entre baile y baile me espetó:
- Qué suerte que volvimos a encontrarnos y me puedo amigar con mi compañera de cuarto grado, que ahora es esta dulce e interesante mujer.
- Amigarte?- pregunté sorprendida_- estuvimos peleados alguna vez?
- Vos parece que no. Pero yo siempre estuve enojado con vos, que eras mi novia sólo para adueñarte de mis lápices de colores.
Yo lancé una carcajada al recuerdo.
- Teníamos diez años, ha pasado tanto tiempo!
- Pues no tanto si aun tengo esa pena de amor. Y no me ha servido de nada guardar mi lata de Faber veinticuatro colores.

Por un breve momento el silencio le ganó a la risa.
Despues, sopló levemente la brisa de la vida y seguimos bailando como si nada. O casi.

imagen: lápices Faber-Castell - verdeesbueno.wordpress.com



más amores de infancia en lo de MOLI DE CANYER

15 comentarios:

  1. Me hizo gracia, imaginaba que en ese reencuentro te llevaría una caja de colores para recordar los buenos tiempos.
    Se antoja un final abierto y una imaginación amplia.
    Un beso, Miralunas

    ResponderEliminar
  2. En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse...dice el bolero, sobre todo si se robaba los lapices de colores jaja, muy Bueno.

    ResponderEliminar
  3. En este caso los colores fueron tan importantes como el amor, y es que los Faber Castell son muy buenos, vaya que si.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Que bonito reencuentro , debe ser una gran aventura volver a recordar tiempos pasados como sin tan solo hubiera pasado dos segundos...
    Un abrazo y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
  5. Vaya... ese noviazgo de infancia que quizás para ella fue solo un juego de niños, creo que para él fue algo realmente valioso, pero que quizás los vuelva a unir

    ResponderEliminar
  6. Vaya... ese noviazgo de infancia que quizás para ella fue solo un juego de niños, creo que para él fue algo realmente valioso, pero que quizás los vuelva a unir

    ResponderEliminar
  7. Esos reencuentros son tan especiales...siempre hay amores dejados atrás en el colegio...En el mío aún celebramos de 10 en 10 años y todavía no se incluyen a las parejas para evitar cualquier inconveniente...es que como en tu historia, hay muchos amores que quedaron suspendidos en el tiempo...
    Bellísima entrada...besoss

    ResponderEliminar
  8. ¡Hola! El final me ha tomado por sorpresa, casi entre la ternura y el enojo, guardando la caja de lápices de colores <3 Me encantó

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  9. Ese amor tan importante para el y menos importante para ella.....pero lo importante es que ese encuentro puede abrir nuevas puertas, o ¿me lo imagino yo?. Tu relato es precioso y evocador. Besos.

    ResponderEliminar
  10. Ese amor tan importante para el y menos importante para ella.....pero lo importante es que ese encuentro puede abrir nuevas puertas, o ¿me lo imagino yo?. Tu relato es precioso y evocador. Besos.

    ResponderEliminar
  11. Que romántico y encantador reencuentro. Esos primeros amores, no desaparecen nunca, cuando están destinados a unirse. Me gusto mucho tu relato.
    Saluditos

    ResponderEliminar
  12. Qué linda historia de un reencuentro en el que no se ha olvidado aquella primera ilusión! Un beso

    ResponderEliminar
  13. Siempre encontrándose con calidez

    Besos

    ResponderEliminar
  14. Aunque a ella sólo le moviera el interés de poder tener todas las pinturas para colorear parece que él si que estaba realmente enamorado y quien sabe si ahora, pasado el tiempo, surgirá por parte de ella la correspondencia que él ansiaba.
    Me ha gustado mucho!
    Un beso

    ResponderEliminar
  15. Lo que son las cosas del querer, nunca sabes que final no traerá.
    24 lápices para dar color a la vida. Buen final.
    Besos.

    ResponderEliminar