me desmadejaba yo en mi nuevo sillón, en mi nueva casa, adormilada de calor, perezosa de sentires como ando, mientras la pesadez y una escasa programación televisiva se habían detenido en el canal Gourmet.
hasta que me despabiló ese japonés que preparaba comida española y hablaba de amor en la cocina, de la significación de las palabras en los distintos lugares y de la pasión que a él le despertaba aprender a cocinar y a gozar de la cocina de occidente.
y entonces, mientras se secaba las manos y elegía el próximo utensilio, Takehiro Ohno, en un duro español, me dijo (yo sentí que me lo decía): "con las pasiones, imposible: nunca!"
lo dijo con todo el cuerpo, lo hubieran visto. y siguió hablando de él como de un japonés en el país vasco y contó de sus primeras palabras en euskera y todo el tiempo hablaba del interés, de la curiosidad, del amor y de la pasión. sobre todo, de la pasión. decididamente, de la pasión.
ese japonés, con aspecto de muchacho, verborrágico como un argentino, con una alegría redonda, me fue despertando esa nochecita de sábado, sofocante de calor y desánimo, y me movió hasta la cocina en busca de sensaciones que me desperezaran el alma.
preparé una curiosa ensalada de duraznos, queso, ajo "dorada" en oliva, (Takehiro lo hace femenino en los adjetivos), hojas de rica lechuga "mantecosa", un toque de crema y pimienta recien molida, que cuando su aroma tocó mi nariz sentí que mi piel olía como a levadura y me expliqué ese amor con el artista, impensadamente.
la saboreé en soledad, con un restito de buen vino y pensé: "gracias, Take, por la pasión".
su perfil en wikipedia dice que Takehiro Ohno deciende de Samurai.
debe ser éso.
Take suena a sake y no está mal, porque de algún modo te embriagó
ResponderEliminarSi, la pasión es una ensalada bien sazonada.
ResponderEliminarY desciende con fuerza y gusto.
Besos.
Empiezo a entender de esas pasiones. Recien ahora....pero vale igual. Yo frecuento la casa de Jamie Oliver ese pibe ( ya no tanto) que cocina para los amigos en Inglaterra. Y habla de olores y sentidos. Un beso.
ResponderEliminarLos milagros que hacen en tu alma las palabras dichas con pasión, aunque sea a través de la tele.
Eliminary la digestión???
ResponderEliminarQue lindo leerte siempre...sabe siempre a pimienta, siempre queda ese dejo picante entrar aquí.
ResponderEliminarTe abarzo, ya estoy cerca!
me encanta como escribís, creo que ya te lo dije pero nunca está demás repetir (igual cuando probamos una comida rica hecha con pasión...)
ResponderEliminary si la gente así hace la diferencia y digámoslo así, escasean.
besos
Es un idolo este señor, aprendí a cocinar verdura y a comer mejor gracias a él.
ResponderEliminarAbrazos y feliz 2012!
Me acordé de esa escena de El secreto de sus ojos, donde hablan de la pasión.
ResponderEliminarUno no deja una pasión.
Yo también le pongo pasión a la cocina, aunque soy, por decirlo de alguna forma, mucho más básico que usté.
ResponderEliminarMuy bueno lo suyo.
Un saludo.
Confirmé con en este relato una vieja sensación, la de que uno nunca cocina por placer para uno solo… ni siquiera cuando está solo.
ResponderEliminarBuen provecho,
D.
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ResponderEliminarEs una suerte encontrarse con personas que dignifican el significado de algunas palabras, palabras como pasión.
ResponderEliminarUn abrazo!!
perezosa de sentires que de todos modos no impiden ser el motor de la comunión del encuentro. Ud también puede hablarle de pasiones.
ResponderEliminarEso es lo bueno de la pasión, que la encontramos donde menos se espera.
ResponderEliminarTodos deberíamos tener la nuestra, ¿qué vida puede vivirse sin pasión?
Un beso enorme.
HD
Takehiro es pura fantasía...
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