Estimada Silvia:
Ojalá no rompas esta carta. Soy Karina, y Alejandro no sabe que te escribo. Por favor, es imprescindible que él no se entere de esta carta porque no me lo perdonaría, y yo confìo en vos. Es un poco raro, pero siento que de alguna forma somos amigas, una especie de compañeras de la vida, no sé cómo decirlo. Me hubiera gustado que nos conociéramos, pero comprendo que vos no quisieras hacerlo.
Te escribo en esta tarde de sábado, porque Alejandro ha salido. Tengo un poco de nostalgias de Buenos Aires, también. Y él te ha nombrado ayer, sin darse cuenta, me parece. O sí; y no pudo evitarlo. Ha dicho mirando el cielo de París: "Ella debiera ver este cielo". Es verdad, no ha dicho tu nombre; pero yo sé cuándo habla de vos, porque lo siento en el hueco de las manos. Se me ponen como vacías.
En fin, que lo que quiero decirte es que a veces, Alejandro te hecha de menos, aunque lo niegue repetidamente. Casi siempre, en realidad. Y sobre todo, cuando hacemos el amor. No me entiendas mal, Silvia. El me ama con toda su alma. Yo lo sé, porque me ama con mis carencias y con tu ausencia. Simplemente que, en algunos momentos, me enseña caricias que yo no sabía darle. Me enseña a besar suave. Abrazos blandos de ternura. Y sus ojos pasan por entre mis ojos hasta detrás de mí, y suspira. Y vos estás ahí.
Es cuando te siento mi amiga, de esa manera rara. Mi compañera de la vida. Es que las prostitutas no sabemos hacer el amor, si nadie nos enseña. Servimos para espantar la soledad, para engañar a Cupido de una forma miserable, pero nada más que eso. Y Alejandro se enamoró de mi forma de acompañarlo cuando aquella mujer lo traicionó de esa forma y por eso aceptó mi pobre manera de amarlo, en el pedacito que me quedaba de madrugada, en el ratito de atardecer antes de salir a las esquinas.
Cuando fui yo la que lo abandonó, te encontró a vos que lo aceptaste sin preguntas, sin prejuicios, con la cabeza y el cuerpo abiertos para recibirlo. Y cuidaste de su alma, de su corazón, de su cabeza, de su sexo. Eso hiciste por el hombre que las dos amamos. Y que me eligió a mí. El que vos dejaste partir con una sonrisa, porque lo sabìas "de antes" como él me contó que le dijiste, mientras se despedia de vos llorando.
Así que siempre supe que algunas tristezas de Alejandro, algunas miradas transparentes, ese golpecito que da en el brazo del sillón espantando pensamientos, tienen que ver con tu recuerdo. Pero yo lo miro, lo acompaño y lo amo desde cada partícula de mi. Por eso lo dejé y por eso volví a buscarlo.
Ahora simplemente trato de amarlo con tu forma de amarlo, Silvia, aunque te resulte demasiado cruel y sin sentido. Pero así somos las mujeres.
Me hubiera gustado que nos conociéramos, Silvia. Para pedirte disculpas y decirte gracias. Me parece que para eso.
Un abrazo
Karina
Ahora simplemente trato de amarlo con tu forma de amarlo, Silvia, aunque te resulte demasiado cruel y sin sentido. Pero así somos las mujeres.
Me hubiera gustado que nos conociéramos, Silvia. Para pedirte disculpas y decirte gracias. Me parece que para eso.
Un abrazo
Karina
esta carta y esta historia van por curiyú. porque le gustan las cartas, me dijo un día.
ResponderEliminarQué hermosa carta, y otra vez pensé en Marías hoy y en una tipo de relación sobre la que delira en uno de sus libros. Dice que entre dos hombres que se acuestan con la misma mujer o al vesre, dos féminas con el misma man, se establece una relación de parentesco que podría llamarse con el verbo "conyacer", ellos serían conyacientes, lo que en lenguaje vulgar podría decirse cofolladores. La carta es preciosa, porque algo de eso hay, algo nos roba el otro, el que estuvo antes. Un abrazo. (Gracias por la dedicatoria, gracias)
ResponderEliminarun bellezor! me encantó! contiene mucha sabiduría y generosidad!
ResponderEliminarpreciosa carta...
ResponderEliminarMuero......querida Miralunas....muero por leer la respuesta de Karina. Hágame el placer.....
ResponderEliminarUn beso!
¿Habrá respuesta?
EliminarConociendo a Miralunas....... y mi poder de convicción, seguro que si. !!
EliminarMe encantò. Me pareció la carta de una mujer adulta.
ResponderEliminar¡¡¡¿¿¿Pero justo Alejandro se tenìa que llamar el protagonista, mecachendié????!!!! :)
una carta de lo más madura y emotiva, me ha gustado mucho, gracias por compartir estas cosaas, saludos
ResponderEliminarDespués de releer la carta, también tengo deseos de conocer la respuesta de Silvia y creo que no es para menos, con tantos sentimientos y verdades de Karina.
ResponderEliminarUna carta escrita desde el corazón.
ResponderEliminarMe gustó.
Tus cartas siempre me emocionan!
ResponderEliminartambién espero por si hay una respuesta de Silvia.
Muxutxuak!
;)