viernes, 8 de junio de 2012

mandarinas



 estos días tan fríos, pero con noches tan serenitas,
me traen al alma la mirada extensa de mi madre.
ella "miraba" esas noches como éstas y anunciaba,
gozosa: "qué dulces van a madurar las mandarinas!"
y era así, nomas.


 
en las siestas con sol
y en las noches de invierno
a mí me gusta
comer mandarinas

desde que desprendo
su cáscara
sé que ese suave crujido
cargará mi alma
con un dulce avío
 
tocará mi frente
la blanca risa de mi madre
inundándome
de mi feliz infancia:
la de robar mandarinas
con los gurises del barrio
tentando a la solapa
escondida en la resolana

(cuando Gualeguay olía a azahar
y a jugosos duraznos)

su persistente aroma
se me quedará en los dedos
hasta un rato después
suavizando el corazón
como los bellos recuerdos

y cuando muerda
la jugosa pulpa de sus gajos
se me escapará como siempre
un fresco suspiro
de confiable placer

la mandarina
tiene esa atinada cualidad
de no ser siempre tan dulce
de ponerme alerta
con una leve acidez
que tampoco es siempre

y cada vez
me deja en la comisura
de los labios
esa sonrisa extendida
mansa
inacabada
de la felicidad porque sí.

gurises: niños
solapa: cuco que se llevaba a los gurises que no dormían la siesta.
 
ansiosa de sonrisas, me llevó la memoria en busca de estos versos,
a un cajón olvidado. disculpen lo repetido.

11 comentarios:

  1. Nada de disculpas......siempre habrá un lector primerizo, en este caso yo. Un beso!

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  2. Se me hizo agua la boca.

    Abrazo.

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  3. Que perfume Miralunas! Si es como si me hubiera sentado a verla escribir mientras como una mandarina.

    Nos imagina a las dos?

    Pero que placer compañera!

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  4. Una belleza esta recuerdo de ternura de pulpa. Alerta en su acidez, que no es tanta, como has versificado. Gracias por compartirlo. Uno siente esas tardes. Besos.

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  5. La felicidad, eso que siempre se busca, y es difícil encontrar...

    Saludos y un abrazo.

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  6. Sí, yo ya había olido y saboreado tus mandarinas, amiga... pero qué dulces de nuevo, y esos recuerdos!

    Nunca pedir disculpas, en nuestra casa comemos y bebemos lo mismo tantas veces deseemos... y además al convite nos llamas y presto llegamos, ya víste, el olor de las mandarinas...

    Delicioso!

    Muxutxuak!
    ;)

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  7. La mandarina tiene esa cosa de transportar... y mire usted que hasta poemas nos provoca...que mejor que siesta de sol y mandarinas?

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  8. A veces te siento tan cercana, sentada en el patio de la casa de mis abuelos, comiendo mandarinas. Hasta puedo sentir tu olor en los dedos (o en los míos, de nena). Ya no son tan dulces las mandarinas desde que Angel no las arranca de su árbol. Creo que no volví a comerlas.

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  9. Los pequeños grandes momentos de la vida...

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  10. qué lindo es ver morir el terror del mundo en una sencilla mandarina...Entre Ríos susurra coplas dulces en el corazón.
    Besos, amiga querida

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  11. Vos sí que te tomás un buen tiempo entre entrada y entrada, me parece que te envidio un poco, pero envidia sana, ¡eh!
    Besos.
    HD

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