Rosalía tenía un par de ojos
almendrados que, antes de la tristeza, habían ocupado la imaginación de más de
uno en el barrio de su adolescencia.
Y cuando se enamoró de Oscar se
le pusieron más bellos los ojos y su risa parecía una algarabía de pájaros. “Es
por reflejarme en el cielo de su mirada”, suspiraba mientras adoraba aquellos
ojos de tan intenso color celeste.
Después, no sabe de qué oscuro sueño despertó
entre gritos un día; con su forma de mirarla haciéndola sentir tonta a cada momento;
con su indiferencia haciéndola invisible según pasaba el tiempo. El amor que
entonces la iluminaba la agrisaba sin remedio hasta que un día dejó de ver el
cielo de su mirada y se le fue secando el alma. Se le cambió la miedosa pena
por un sentimiento amargo que le enfriaba el corazón.
Entonces, un día dejó de cocinar;
otro de planchar la ropa tan prolijamente; se demoraba varios días en cambiar
las sábanas; como no abría la ventana el olor ácido de su amargura se fue prendiendo
de las paredes.
Oscar tardó un tiempo en darse
cuenta de las sábanas, porque casi siempre llegaba borracho. Y de su ropa
descuidada porque no le importaba. Y del olor ácido porque no la veía.
Pero de la comida se dio cuenta el
primer día, claro. Y gritó. Y otro día la zamarreó un poco. Pero a Rosalía ni
siquiera le importó cuando casi le rompió la boca de una cachetada. Ella estaba
desalmada y con el corazón helado, total. Y con un rencor sordo por su mirada y
su risa perdidas.
Así que cuando se despertó en el
hospital y le dijeron que aquel “desmayo que la hizo caer en forma tan desafortunada
contra el marco de la puerta le había provocado la pérdida de su ojo izquierdo”,
se quedó en silencio. Ya no valía la pena decir que Oscar la había golpeado con
la plancha de los bifes.
Eso sí: gestionó una prótesis
para su ojo y casi pudo sonreir con alegría, cuando se miró al espejo con su
cara otra vez completa; aunque se viera así, un poco rara. Sobre todo por el horror de Oscar que se fue sin volver
ni para buscar sus cosas.
Y porque ella ya no podría
olvidar porqué su nuevo ojo era de color celeste.
mas ojos por ojos en casa de Teresa
me ha surgido este relato de un tema ya indicado, pero me ha salido facil.
ResponderEliminary así, vuelvo a volver.
los abrazo.
Ahora tiene su propio cielo.
ResponderEliminarAy! no se si reírme o enfadarme con estos que se merecen sacarle los ojos.
Que lindo Amigamia, leerte en los relatos.
Y te cuento que Neogeminis, otra juevera (Y geminiana) dice que es casi una adicción.
Abrazo.
o su propio infierno.
Eliminargracias por tu referencia, Amiga.
todo esto de lo jueves me huele a sabrosa aventura.
beso
Crudo relato, no ya por la pérdida del ojo, sino por la mengua de la ilusión, de la vida de Rosalía.
ResponderEliminarBienvenida a los jueves.
Saludos.
la ilusión es una loca huésped que abre ventanas.
Eliminary Rosalía estaba sola de ella, si.
gracias, Juan Carlos!
abrazo
una relato triste como es la vida de muchas mujeres, ella perdió un ojo, y otras pierden la vida.
ResponderEliminarBienvenida a los jueves.
si, ana. asi es como es.
Eliminargracias por la bienvenida!
Una gran lacra esto de la violencia de género. No denunció y después pensó que no valía la pena; pero siempre vale la pena.
ResponderEliminarUn abrazo
una oscura lacra, si. y una honda soledad social, también.
ResponderEliminarcambio abrazo por abrazo, mejor.
benvenidos a mi casa, para todos los que me hacen sentir tan cálidamente bienllegada!
ResponderEliminarLa violencia doméstica lamentablemente es más habitual de lo que uno podría imaginar y en semejante situación, es lógica la sed de venganza. Pero no creo que sea el camino para la reconciliación con nuestra alma, al contrario, actuar por despecho y rencor enturbia e impide el equilibrio que se busca.
ResponderEliminarsaludos jueveros!
la violencia doméstica me ha desvelado y me desvela como mujer y como profesional. y por eso sé del equilibrio que se diluye en la tristeza y el miedo.
Eliminargracias por tu visita, geminiana como yo!
saludos de jueves!
Un gusto conocer tu casa, Miralunas. Y también, muy acertado y actual tu aporte. Denunciar, es obvio que, es la premisa para apoyar a las mujeres en estos lamentables episodios, pero las instituciones y organismos están obligado a mejorar y brindar respuestas para no seguir aumentando el número de trágicos finales. Saludos, te espero por mi blog!
ResponderEliminargracias, Luis! denunciar es la premisa necesaria aunque no siempre tenga el necesario resultado. pero a veces, el dolor y el miedo llevan a las mujeres por senderos casi demenciales. así es como es, aun.
Eliminarsaludos jueveros y ya voy para tu blog!
Es que el azul, si es propio, es duro.
ResponderEliminarceleste aunque la vida le cueste, si.
Eliminargracias por tu visita!
No quisiera ponerme sublime con cosas que suceden o nos suceden en la vida cotidiana. Pero me conmovió, como me conmueve ver gente tan cercana y luminosa que de repente un día despierta ensombrecida...Un abrazo.
ResponderEliminarsiempre su cierta mirada, curiyú-i.
ResponderEliminarun abrazo.
Una historia del más puro horror contada con la belleza de una poesía. Su mirada siguió siendo limpia libre ahora del yugo de la fuerza y la sinrazón aunque a que precio. Dura historia y muy real.
ResponderEliminarUn placer conocerte en este jueves.
Un abrazo
igual para mí, José.
Eliminargeneroso comentario. gracias otra vez!
abrazo por abrazo
Bienvenida cariñosa a los jueves, Miralunas, bonito nombre, muchas lunas, depende del estado de ánimo, tener buena o mala luna.
ResponderEliminarMe quedé fascinada con la plancha de bifes (¿carne o filete?), me quedé agotada del aguante insoportable, me quedé rabiosa con el ojo celeste, morado de golpe, pero celeste.
No soy de venganzas, pero...un golpecito con plancha bifes pas mal estaría. Una historia que se repite y ya agota.
Besito.
una mujer que defendí hace tiempo, cansada de gritos y ofensas, le plantó a su marido en la cara la plancha, con bifes y todo. Pero apenas si le rompió la nariz y un juez con muy sano criterio (una rareza) nos otorgó el "en propia defensa" y exclusión de espacio para el agresor. me imagino que te gustará enterarte de eso.ahora esa mujer escribe y vieras cómo!
Eliminargracias por tu bienvenida y tus palabras, Natália!
Estremecedor.
ResponderEliminarSi me permites, ya me vengo yo del hijoputa ese. Va a desear no haber nacido.
Un beso
me encantó tu comentario!
Eliminarun beso
Pues para ser la primera vez que te encuentro, amiga juevera, debo dejar un montón de palabrotas dirigidas a ese energúmeno!!!
ResponderEliminarMe gustó tu participación, bravo.
Un beso y un café.
no se prive de nada, vea. que esos todo se lo merecen!
Eliminargracias!
beso por beso y café por café!
En este relato lo de "ojo por ojo" tiene otro significado, distinto, más dulce dentro de la tragedia (si eso es posible). Al final no necesitó más ojos azules para SENTIR. Al final descubrió su propio "ojo azul" y con eso era suficiente.
ResponderEliminarBuen realto, me gusto.
Un abrazo
ibso
gracias, Ibso!
ResponderEliminarabrazo por abrazo
Aquel falso amor le costó un ojo ficticio y simulado. También me gustó este relato, es dulce como tus palabras :)) -hacía bastante tiempo que no te leía-.
ResponderEliminarUn abrazo
gracias, Esi!
Eliminarabrazo por abrazo!
Yo más que los ojos le hubiera arrancado otra cosa que tienen los hombres y le iba a doler más jajaja
ResponderEliminarMuy buen relato, impresionante y triste a la vez. Cuántos casos hay como este, muchísimos, al menos Rosalía pudo cobrarse venganza.
Bienvenida a los jueveros!!! Un placer leerte.
Un abrazo enorme.
cierto, Sindel!
Eliminargracias por tu generosa bienvenida!
abrazo por abrazo!
MUY BUEN RELATO Y SE ARRANCARÁN LOS OJOS, PERO ESTE RELATO JAMÁS.
ResponderEliminarSALUDOS DESDE UN ANHELANTE LUGAR DE MÉXICO.
TE INVITO A PASARTE POR MI BLOG, QUIZÁ TE GUSTE.
"LA VIDA ES UN GRAN CIRCO, PERO SIN ESPECTADORES"
la vida es un gran circo, si.
Eliminarya andaré por allí.
gracias por tu visita!
Pobre, con su ojito de cristal, hay que ser positivo, al menos puede darse la oportunidad para conocer que la felicidad no es eso y que el azul celeste del cielo es más intenso, si cabe...
ResponderEliminarBesos
a veces el cielo que buscamos resulta un infierno.
Eliminargracias por tu visita!
beso por beso
Un magnífico relato. Me gusta tu ironía y tu sensibilidad. Bs.
ResponderEliminargracias, gracias, eme!
EliminarAlgún día, esa violencia , que encierra una enorme cobardía para el que la practica, acabará siendo tan sólo un mal recuerdo en la memoria colectiva. Al menos ese es el deseo de muchos hombres que ante estas noticias nos sentimos avergonzados por lo que otros hombres son capaces de hacer.
ResponderEliminarMe ha encantado visitarte y me gustaría verte por los jueves a menudo.
Un abrazo.
cierto, cierto. ojalá que si. celebro tu sensibilidad.
Eliminarhasta el jueves!
abrazo por abrazo.
Lo más duro es: "despertó entre gritos un día..." final redondo y conciliador. Un beso
ResponderEliminarGracias, fabián!
Eliminarbeso por beso
La vida de demasiadas mujeres, los malos tratos no cesan, al menos en tu relato se terminaron aunque el recuerdo viva en un ojo azul.
ResponderEliminarBienvenida a los jueves.
Un abrazo.
así es como es, san.
Eliminargracias!
abrazo por abrazo.
Sea bienvenida tu prosa dulce.... A pesar de la dureza del texto y de la realidad hiriente de la trama. Ojalá, desde su ojo azul vea nuevos horizontes.
ResponderEliminarUn beso
ojalá que sí, Rosa, por ella y por nosotras!
Eliminarbeso por beso
Duro y triste relato!pero qué bonito lo has contado y toda venganza es poca para ese malnacido.
ResponderEliminarBienvenida a los jueves, muchas gracias por acudir a mi convocatoria y dejarnos estas palabras tan bonitas.
Un beso.
gracias por tus letras generosas, Teresa!
Eliminary gracias por los jueves!
beso por beso.
De nuevo por tu casa, disfrutando de las cosillas que nos dejas. Siempre un placer.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
qué gusto verte, Toño!
Eliminarabrazo por abrazo.
Un placer llegar hasta tu casa Miralunas.
ResponderEliminarRecuperó la mirada de cielo, algo vidriada y tiesa, no se puede recuperar la ilusión pero al menos no lo pierde todo.
Te mando un beso
gracias, ceci!
Eliminarbeso por beso
Un ojo por ojo, muy particular...Un relato muy bien llevado.
ResponderEliminarMe alegra que llegues a los jueves y seas una más de nosotros.
Un fuerte abrazo.
gracias, Cass!
Eliminargracias!
abrazo por abrazo!
vaya uuufff !!! que relato mira que me dejo impresionada y es que en verdad suele suceder
ResponderEliminarasi es como es, y sucede mucho más, si!
Eliminargracias por venir.
Qué lastima que le costara un ojo de la cara conseguir librarse de ese cabrón!!!!! Perdona por la expresión, Miralunas, pero es lo primero que me sale cuando conozco algún caso de violencia doméstica (normalmente de mano de los varones - si hubiese sido al revés, habría colocado el género femenino). Sobre violencia doméstica (yo no la llamo "de género") hablo -por desgracia- muchas veces en mi otro blog que administro en paralelo junto con el que visitaste. :/ Una lacra social que arrastramos y arrastraremos ad aeternum. La verdad es que no veo solución inmediata - fallan las leyes, falla la justicia, falla la seguridad... Tristemente falla casi todo.
ResponderEliminarTodo un placer pasar por tu casa. Con tu permiso, me quedo por aquí.
Besitosssssss.
este relato ha tenido un impacto que no esperaba y que me emociona por su significante.
Eliminardeseo, mas que esperar, que no sea ad aeternum.
quedate lo que quieras, todas las puertas están abiertas. Y gracias.
abrazo
querida, qué relato más crudo y sincero.
ResponderEliminarme emocioné.
me alegro por ella, que pudo dar vuelta la historia...aunque le salió un ojo de la cara...:( quizás un precio alto, quizás no.
en fin, te mandé mail.
beso
ya voy hacia el buzón!!
Eliminarabrazo y beso, bnita alelí.