Las chicas del Bar de Sandy estaban luminosas. La dueña también. Sandy conserva la mirada intensa de cuando el amor y la vida no le jugaban con trampa y quiere entrañablemente al tipo que provocaba la celebración en ausencia: Marcelo Suarez de Luna.
Entre todas habían adornado el bar con banderines de colores y habían colgado sus collares en el marco del gran espejo como para que él "supiera".
La larga mesa instalada en el centro del local reunía comensales de distinta naturaleza pero del mismo sexo: todos varones.Cuando llegué, se me fueron los ojos para saber quiénes estaban. Entre algunos que no conocía vi que habían venido el doctor Todoterreno, Francis Oliverio Recúpero, el último Poeta Maldito, el Fantasma de Borges (con mejor talante que en el Tortoni), Menardez, su Citador, los muchachos de la vieja guardia amigos de don Suarez y de él, me pareció, el Hurgador de Libros, otros que debieron ser sus amigos propios de siempre, un poco apartado se veía a un tipo muy cejudo que dijo llamarse Александр Раздорский, causando gran alboroto, al Zurdo ubicado lejos del Detective que pretendía emprender alguna charla indagatoria con Александр, unos a los que reconocí con el espíritu de la calle Honduras. Me sorprendió reconocer a Alberto, el mozo de "La Viña del Abasto", que mantenía el gesto adusto, pero insistía en opinar con un dejo de sonrisa, miren ustedes. Y no sé, pero me pareció ver a los de la foto en la mesita del rincón.
Algunos hablaban en voz baja, otros reían a carcajadas, entremezclados contaban a los gritos. Comían pastas y bebían tinto. Y se divertían ponderando al ausente en su cumpleaños. A la hora del flan mixto ya tenían casi listo el texto del pergamino que iban a dedicarle. Al tiempo del champán el Fantasma de Borges (con mejor talante que en el Tortoni), leyó lo escrito con voz un tanto deshilada pero filosofal y emotiva: "A nuestro AMIGO MARCELO, un tipo de tal naturaleza que seríamos capaces de acompañarlo a un viaje en otro Titanic, si nos invitara".
-Lo parió! Yo que no se nadar- dijo Alberto, el mozo de "La Viña del Abasto, antes de firmar.
Nosotras brindamos con amor y una cairpiriña que Esthercita preparó con el permiso de Sandy y participamos de lejos en la celebración. Nosotras cinco. Sin intención de verificar quiénes eran todas ésas que, desde la mesa de la ventana, se emocionaron y levantaron copas a la hora del champán.
La Magah convenció al Detective para que nos dejara firmar sin preguntarnos nada.
El Zurdo miró los tacones altos de Cecy y, sin poderlo evitar, le cabeceó para un tango que no sabía bailar.
La vi a Cris en suave charla con Francis Oliverio Recúpero, a eso de la madrugada.
Y yo me quedé pensando en ese poema que yo también recito en las íntimas reuniones, con algún olvido y alguna corrección que me presta la memoria: Profecía, de Rafael de León. Vaya coincidencia!
Miralunasssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarMuchísimas gracias!!!! qué regalazo!!!!!!
usté se lo merece, Cronista!
ResponderEliminarun abrazo
Geniales los dos.
ResponderEliminarAbrazos.
qué cumpleaños ha ligao Don Marcelo, y ud o arrasó con todos los drinks de la celebración o anda muy inspirada.
ResponderEliminarborges anda muy amiguero. No sabe lo afable que estuvo la noche del mío, hace 3 semanas. Será porque decidimos internarnos en su Sur, y Dahlmann le habrá insistido para que venga.
y el vino, y proa? este saturday cruzo el charco ;)
Es como una edad dorada...
ResponderEliminarQué buena fiesta, así evocada y así narrada por tus formas narrativas tan preciosas. Y no es cumplido barato, usted sabe. Y veo varias señoras conocidas en esa dependencia rantifusa, dejando collares para ya sabemos qué...Mire usté. Qué bello, qué halago. Besos.
ResponderEliminarEs así creo reconocer a varias parroquianas. Menuda suerte.
ResponderEliminarUn beso!
Con una reunión así, cualquiera escribe un post tan genial! ;)
ResponderEliminarUn disfrute que hay beber lento, para poder detenerse en cada personaje.
un abrazo y un beso, Salud!