a Marcela y su Comandante
Había sido la novia adolescente de su hermano Raul y su amor imposible desde que se acuerda.
Al tiempo que ellos se casaron, quedó desangelado y fue desalmándose sin poder evitarlo.
Entonces que se fue acercando a la magia como sobrevivencia y se enredó en el rito vudú con las partes más oscuras de su mente.
Alimentó sus saberes y su amor desesperado durante todos esos años en los que empezó a desear que Inés se muriera. Y en esa especie de locura fue robando el alma y la salud de Inés.
Ella se fué el 21 de diciembre de 2012, llorada por Raul, sus hijos y todos los que querían a aquella bella mujer, leve y como enajenada, que miraba con ojos velados y sonreía ausente. Y el mundo esperaba su propio fin, confundido con los símbolos del hombre.
Él ayudó a su hermano viudo a entrar el ataud en el nicho, sin derramar una lágrima, sintiendo como latían sus pulsos en el cuello y las muñecas.
Anduvo silencioso y en espera hasta el primer día de 2013.
Empezó a prepararse con la primera estrella. Vistió su mejor camisa de seda, el fresco pantalón, los brillantes zapatos de bailar, el intenso perfume y comenzó a caminar con una leve erección molestándole el andar.
A la luz de la luna, con la fuerza loca de la espera, corrió la lápida y retiró el ataud sin necesitar ayuda. Levantó la tapa, buscó el alma de Inés adentro suyo y, mientras la expiraba, la llamó tres veces con la escondida entidad de todos sus saberes.
Inés se incorporó como si estuviera viva, sin que él viera su color grisáceo, la mirada vacía o sintiera el nauseabundo olor. Sólo vió aquella sonrisa ausente y olió el aroma dulzón de la muerta que volvía.
La abrazó como si fuera adolescente y Raul no existiera; y con esa conciencia le hizo el amor, hasta que la explosión de su semen y el propio cansancio, lo trajeron a la realidad de aquella sonámbula que mas tarde vagaría sin rumbo, si él no lo evitaba.
Era una mañana de calor insoportable en Port-au-Prince, cuando encontraron al hermano de Raul ahorcado ahí nomás del cementerio, sin que nadie supiera nunca porqué motivo había sido.
Port-au-Prince es la capital de Haití.
Sí, es un romance fantástico, con algo de terror. Muy logrado
ResponderEliminarEl amor toma la forma que puede, que uno se permite.
ResponderEliminarEso me ha puesto a pensar tu relato!
Genial!
Inés, no me cabe duda. Que te (mal)quieran tiene sus inconvenientes. :)
ResponderEliminarSaludos!
Aplaudo el texto, la imagen, la idea. aplaudo y quedo así mirando hacia atrás en busca de la sonámbula que puso las cosas en su lugar, no con temor, sino para reverenciarla. El odio y la envidia merecen ese fin. Besos.
ResponderEliminarGuauu!!! Me ha gustado mucho... muy logrado!
ResponderEliminarBesos!!
La locura puede dar lugar a cosas tan atroces como ésta. La mente nos juega malas pasadas.
ResponderEliminarRelato terrorífico
Un abrazo
feliz locura
ResponderEliminarno entiendo mucho de comics. bueno, la verdad es que anda. pero sí que he logrado ver una corriente de comics, la llamada gótica..
ResponderEliminarcreo que dentro de esta corriente de oscurantismo, de muertos que vuelven a la vida, eetc, creo que dentro de este tipo de escritura encuadraría tu texto...al menos, según mi categorización. pero me interesa más el hecho de que hayas resuelto el tema con tan sobrada solvencia, con imaginación. y en el texto, a mi modo de ver, hay de ambas cosas...
medio beso.
Impactante. El amor pasando a la obsesiòn. Pobre alma, no poder vivir sino para su locura.
ResponderEliminarQuè bien escrito! Conmueve, remueve, sorprende.
Un fuerte abrazo, despuès de una lectura inquietante, muy bien lograda, de un tema al que le huyo, como a la propia muerte :)
Comic negro ¿puede ser? La locura y el amor entremezclados, exito seguro. Muy buen texto, lo disfruté ssin duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
El caso es que el relato está escrito magistralmente (no es exageración ni mucho menos). Una ficción de terror, me parece. El amor está presente en los escenarios más inverosímiles, tal y como has demostrado.
ResponderEliminarUn beso
Vudú, obsesión, seducción, venganza, desesperación, un buen relato bien entrelazado, bravo
ResponderEliminarUn beso
Negrísimo e impecable...Un abrazo
ResponderEliminarLa muerte le sienta de la manera mas insospechada a este terror que me puso la piel de pollo.
ResponderEliminarSigo sintiendo esa sensación de increíble cuando la leo.
Nunca deja de sorprenderme mi querida MIRA-lunas.