jueves, 2 de marzo de 2017

relato de jueves: la ventana indiscreta



A ella le gusta sentarse, en silencio, un poco lejos de la gran ventana que separa los ambientes para no incomodar a su Señora. Pero tiene un tácito permiso para permanecer allí y ella espera con ansias el momento de la media mañana, cuando comienza la mayor claridad, en que llega el Maestro.
Antes ha ayudado a vestir a Lisa y la ha peinado cubriendo apenas su cabello con aquel velo color humo y su bonete. Desde que ha comenzado con aquella especie de ceremonia, Rosetta ha notado que la Señora se perfuma con Acqua de Giglio que su hermana le había regalado y guardaba sin usar. Ya ha renovado tres botellas del perfume.
Ahora, tras cruzar la calle que separa las dos casas, ha llegado el Maestro con su caja de pinturas, su gesto firme y su apostura. El atril cubierto con un lienzo permanece en un rincón de la pequeña sala contigua al gran comedor -donde se instala Rosetta- y es el lugar más luminoso de la casa.
Lisa lo espera como cada día, desde un rato antes, con la espalda erguida y la mirada alerta. Se saludan con apenas un gesto de la cabeza y es cuando Rosetta se cautiva con ese ritual de deseos escondidos que sucede tras la gran ventana y del que ella es espectadora de privilegio: su condición de criada la vuelve invisible.
Con el fondo musical que dan los arpegios del arpa que el joven paje ejecuta para ellos con manos angelicales, el Pintor apronta sus menesteres, mientras la pequeña sonrisa, con comisuras de niña y labios de cortesana, se instala en el rostro de Mona Lisa, cuyo cuerpo conserva aún el misterioso vestigio de la reciente maternidad, al igual que su mirada.
Los ojos del Artista la recorren lenta, largamente y Rosetta sabe que él ama a aquella mujer. Lo sabe cuando lo ve rozar apenas su cara para corregir la inclinación del rostro y ve a su Señora poner una mano sobre la otra, con una caricia contenida que ahí ha de quedar. Ella siente cómo, entre las notas del arpa, se enreda el inquieto deseo de la madurez con el suave deseo de lo impensado.
Se lo confirma todo ese largo tiempo que se sucede sin que el Maestro se inquiete por su obra inacabada, sin que la Mona Lisa se incomode con aquellas horas de quietud. Que él tenga cada vez la mirada más ardiente y la joven cada vez más misterio en la sonrisa.
Es un indiscreto escenario aquella ventana.  

otras ventanas en casa de Alfredo

p/d: disculpen ustedes esta licencia.
imagen tomada de internet.

23 comentarios:

  1. Delicioso relato de lo que debió ser un cuidado rito de seducción a ver a dar en arte. Muy original tu ventana. Un fuerte abrazo

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    1. Gracias, bonita!
      tu visita siempre es linda para mi.
      abrazo enorme!

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  2. ¡Hola! Qué bonita escena nos planteas a través de tu ventana, donde no sólo se ve a los protagonistas sino también el amor que no se expresa mediante palabras, sino, por gestos. Precioso.

    ¡Un abrazo!

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    1. hay muchas versiones de ese amor.
      a mí me gustó inventarlo en los ojos de Rosetta.
      gracias por tu halago!
      abrazo!

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  3. Yo me quedé sin palabras,que delicia. Es suave como la misma seda,se deja leer como si de una caricia se tratara. Aquí solo cabe decir bravo.
    Una abrazo Murallas.

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    1. Miralunas no murallas. Este correcto de teléfono es terrible jjjee

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    2. Miralunas no murallas. Este correcto de teléfono es terrible jjjee

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    3. siempre tus palabras entibian mi alma y mis letras.
      gracias por éso!
      y Murallas pudiera ser un buen nombre, si son para vencerlas. jeje
      un abrazo, querida!

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  4. Que relato tan elegante y placentero muy buen gusto al describirlo , enhorabuenna excelente.
    Un abrazo.

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    1. Y qué bien se siente tu comentario, Campirela.
      agradecido abrazo

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  5. Quien sabe observar, capta muchas imágenes de la vida...

    Bueno, tu relato es magnífico... pero la ventana desde la que mira la protagonista, es más discreta que indiscreta... pues si bien no tiene un permiso expreso para expiar esas escenas, lo tiene tácito...

    El relato es bueno Miralunas, conmigo has conseguido que mirara la escena con los ojos de Rosetta... yo no estaba viendo, mientras leía, las letras de tu relato, estaba viendo las escenas que nos cuentas en él...

    Abrazo

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    1. qué linda tu visita, Imper querido!
      y me has hecho la mejor de las ponderaciones: no ver las letras, sino la escena.
      gracias!!!

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  6. Un relato de lo más seductor digno de la Mona Lisa.
    Felicidades.

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  7. Que lujo de texto, con escenas tan bien definidas. Me ha impresionado mucho tu version, es muy singular.
    Saludos

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    1. Gracias! siempre he fantaseado con esta relación artista/modelo, en especial.

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  8. A partir de ahora cada vez que vea el cuadro recordaré esta historia.

    :)

    Besos.

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  9. gracias, Fabián.
    me ha parecido encantador tu comentario.

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  10. Hermosamente puesto en palabras! uno siente haber sido testigo apenas de un particular, dulce y sereno rito amoroso.
    Abrazo juevero Miralunas!

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    1. abrazo juevero, Mamaceci!
      y gracias por ser tan generosa testigo.
      un beso

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  11. La imaginación en este jueves de relatos jueveros, se ha desbordado..Un texto exquisito...con miradas que parece que no dicen nada pero el aire se llena de mensajes...precioso relato..besosss

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