Cuando nos encontramos, yo caminaba por el cordón de la vereda como si fuera una cornisa y la brisa de la vida era parecida a un rasguño inevitable en medio de la cara.
Apenas, la levedad de Cleo suspendiéndome por instantes la tristeza.
La risa era una costumbre muscular y obligatoria: estrategia de ocultamiento de la desventura.
La aventura de saltimbanqui porque si, se había tornado, por el desencanto, en el desganado intento de una dieta saludable.
Una vestidura de mí recorría la rutina de mis días.
Y de pronto, acá estabas frente a mí, mostrándome lo que ya no me importaba ver.
Te colaste por los intersticios de nuestras miradas y nos invitamos a caminar contra el viento, contra el frío, contra la costumbre, contra las diversas razones de la cordura.
Desplegaste ante mí un alegato de ilusionista y yo me dejé ilusionar, sin pensar en el minuto siguiente.
Fuimos encontrándonos en los porqué no? y en los porque sí!
Y pisamos, sin querer, alguna baldosa floja que casi nos salpica el alma; que nos hizo cambiar el paso, tomarnos de la mano, agregar otra charla a las entrelazadas, íntimas, felices charlas nuestras.
Y mientras, el amor nos delineaba como cómplices, nos templaba como espadas, nos colmaba como cántaros, nos dibujaba como una encrucijada, nos soslayaba de los insípidos cánones, nos estrujaba en abrazos sedientos, nos empapaba de besos y nos lanzaba despaciosamente a las aceras, a las mañanas de domingo, a la mirada de los otros, a nosotros.
Y fuimos amándonos solo hasta mañana, como jugando.
Como inventando una colorida rayuela, con tus lápices y mi libreta de notas.
Mirándonos en el uno, riéndonos en el dos y el tres, redimiéndonos en el cuatro, alimentándonos de deseo en el cinco y el seis, re conociéndonos en el siete, enlazándonos en el ocho, abrazándonos en el nueve, encielándonos en el diez, como en una mágica rayuela que se repite y se repite. Y se repite.
Asi que ahora, que vamos amigando a Eros con Cupido, a Baco con Doña Petrona, a Freud con Doña Disparate, al Sol con la Luna, a la arena de la playa con las tardes de invierno, a la risa con los besos incontables, a las charlas de piernas enlazadas con los sensuales silencios, sin que importen los avatares ni el juego de los relojes, te regalo para siempre el loco cielo de mi Rayuela.
Os veo bien.
ResponderEliminarDe lujo.
A disfrutarlo.
Besos.
Se te ve Feliz.
ResponderEliminarSe te siente Feliz.
Pucha!!! Que palabra que solo la reflejas como mas gusta.
Besos mi querida amiga.
:)
Precioso lo que escribiste, juego y amor, y números preciosos.
ResponderEliminarUn besitooo muy fuerteee.
Cuánta felicidad se refleja en esas plabras amiguita, es la misma que siento por verlos asi...INMENSAMENTE FELICES !!!
ResponderEliminarLos quiero.Besos
Tere
HE DISFRUTADO LA LECTURA
ResponderEliminarEL ENCUENTRO,
LA PASION...
MUY BUENO
UN SALUDO DESDE LA MIRADA DE LA LUNA
DESDE EL VERSO
LuNa