Ella tiene una especie de claridad que la acompaña.
Es linda, exuberante, contundente.
Mira en voz alta, se ríe desde adentro y llora con recato.
Ella anda por la vida en busca del viento fresco que le entorne la mirada, que le enfríe los labios y le apure el paso.
Mira vidrieras con deseo de comprar –y a veces compra-, mira lejos, cruza calles, defiende sus ideas, refresca sus sueños, y de vez en cuando patea algún tablero, tienta al fauno a la hora de la siesta…. y le produce melancolía ver pasar un tren, sin subirse a ese viaje.
Pero ella es esa buena chica que siempre vive a la mitad de la cuadra, en la calle tranquila del barrio. La mejor vecina, la mas atenta a las necesidad de los otros, la que mejor cuida a los enfermos, la que mejor quiere a sus amigos, la que mejor ama a ese marido que no la ama de lo mejor.
Pero ella, que es tan valiente con el dolor, que treparía por amor cualquier muro y bajaría al mas recóndito hueco, que tiene siempre unos inventados jazmines en el pelo y unas visibles rosas en la cara, es una mujer de esas que se guardan los no para mas tarde, y se queda ensimismada las tardes de domingo por si cambiaran las fichas de ese dominó que juega entre aburrida y expectante.
Asi que, de vez en cuando, se sube al desván de ilusiones guardadas, abre la escondida caja de sus hechizos y elige ese disfraz que tanto le gusta: ímpetu de Alicia en el País del Quiero y Puedo, máscara de Hechicera, alma de Encantadora de Amores Imposibles, paleta de Colores para Pintar Ensueños y sin que nadie la vea, pinta en la pared una ventana y en las ventanas dibuja puertas y en la vereda de su casa pinta un largo camino hacia la libertad que le pone el alma en vuelo, respira el aire que necesita su corazón hambriento, lo mira a Eros frente a frente, se copia de Afrodita, juega con Cupido, se ríe sin recato y por esa ventana deja entrar esa brisa que le despeina el pelo.
El se extraña de su cabello enmarañado y le pregunta:
-De dónde venis, asi, tan despeinada?
Y ella le contesta, de regreso:
- De recoger la ropa limpia.
Mientras sonríe sin recato, con inventados jazmines en el pelo y visibles rosas en la cara.
Con cierto dejo de pereza, el fauno dobla la esquina, sin que nadie repare en su presencia.
Y cómo nos reímos cuando le pregunto:
-Ese fauno ensueñado que me crucé en la esquina…venía de tu ventana?
por la risa, amigamía, por nuestras charlas, por la complicidad. Por tu luminosa amistad, promesa cumplida.
ResponderEliminarQué bonito.
ResponderEliminar:)
Besos.
Je.
ResponderEliminarAbracito a Tere que hace mucho no veo.
Precioso.
Besos a ambas locas lindas.
Gracias amiga querida!!!... pero sin vos no hubiese sido capaz de volver a ver los colores del arco iris,...de admirar la lluvia detras de la ventana y que las mariposas me hicieran nuevamente cosquillas en la panza .
ResponderEliminarTQM un besote.
Me ha encantado. En general todo pero lo de los jazmines, las rosas y el fauno me ha... encandilado.
ResponderEliminarMe alegra mucho haber robado un minuto a mi vida para poder pasar por aquí. Sabes que quisiera hacerlo con más frecuencia... hay quien dice que querer es poder, yo creo que no siempre es así.
Se me ocurrieron varias cosas según avanzaba en la lectura: la primera es que las mujeres son más pragmáticas que los hombres, la segunda, que en la mayoría de los amores existe desequilibrio y la tercera, es la necesidad que tenemos de ficciones para soportar las realidades (relacionado con esto me viene una frase del genial Elie Wiesel: D-os creó al hombre porque le gustan las historias).
ResponderEliminarUn saludo.
De una mujer así... cualquiera podría enamorarse. Y más aún con flores en el pelo =)
ResponderEliminarMuy lindo texto.
saluditos
me enamore desde lo lejos...me enamore desde lo lejos
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