Y ahí está, mirando un pedacito de cielo por la ventana de la cocina.
Tendría que hacer algo para no seguir pensando. Cocinar o algo.
Pero la tristeza no la deja arrancar. Lavó un poco de ropa y miró televisión, bajito, para no despertarlo. Pero eso nomás pudo hacer.
Y ahora solo se mira las manos un poco hinchadas y piensa en que tal vez él tenga razón y esa sensación de soledad que se le mete en el cuerpo, como la humedad en las paredes, sea un problema de ella.
“Pero mirá qué tontería”, dijo él. “Vos tenés tu vida y yo la mía. Así que eso de la soledad es un problema tuyo”.
Y ella pensó que no, que hacía rato que no. Que ella hacía tiempo que había abandonado el yo por el nosotros, como decían que hace el amor en una pareja.
Lo que pasa es que ella no anda siendo feliz, últimamente. Ni contenta anda, siquiera. Y hacía días que tenía ganas de decirle. Hace días que cuando se despierta debe buscar un poco de fuerza para parecer que está bien. Siempre lo encuentra en el amor que le tiene.
Esta mañana quiso hacer lo mismo y vaya a saber porqué, no pudo. En el amor que le tiene solo encontró un poco de cansancio y quiso decirle.
Se ve que no eligió bien el momento.
Tal vez le dijo eso de la soledad y que ya no conversaban como antes, como se dicen las cosas que una tiene miedo de decir porque mas miedo le tiene a la respuesta.
Y ahora está ahí, mirando el pedacito de cielo que se ha puesto gris. Llora un poco con sollozos contenidos, sintiendo que “su problema” se agranda como una enorme piedra que se agrandara detrás del esternón.
Y se acuerda de otra vez que ella quiso contarle cómo se sentía.
"Mirá, la verdad no quiero que me cuentes de tus sentimientos”.
No hubiera querido acordarse, solloza en silencio, pero se acuerda. Recuerda que en ese momento se prometió no contar más sus sentimientos.
“Pedazo de tonta” se acusa. Se consuela un poco pensando que tiene que dejarse de sentirse asi, porque Valentín la quiere de veras. Solamente que es hombre.
Ella sabe que la quiere. Sobre eso no hay discusión. Solamente que ella no quiere que le alcance lo que le alcanza a sus vecinas. Lo que debe alcanzarle a las mujeres, porque así está dispuesto.
Saber que Valentín la ama debiera alcanzarle. El asunto es que no le alcanza.
Llora otro poco y en puntillas, ya sin lágrimas, va hasta el baño en busca del espejo.
Y ahí, mirándose la mirada donde casi siempre encuentra la respuesta, siente en el alma, allí mismo, mientras se mira a los ojos fijamente, el fresco e imperceptible soplo de la brisa de la vida. Y toma la decisión.
Como hizo tantas veces, inventará un mundo en el que la soledad pueda mencionarse. Y curarse suavemente.
Se lava la cara, se vuelve a peinar, va hasta su PC, la suya. Su vieja y lenta PC que es suya.
Entonces, se estira los dedos como los concertistas, se sopla las yemas como los jugadores de billar y comienza a escribir:
“Allí está ella, mirando un pedacito de cielo por la ventana de la cocina. Mira tan intensamente ese cachito de cielo, que no percibe, al principio, esa molestia en el centro de su espalda…”
foto: Michal Bednarek
El círculo se cerró.
ResponderEliminarGracias por tu magia.
Tienes mucho arte.
Besos.
Será que escribiendo espanta la soledad y el cansancio...
ResponderEliminarSerá que por escrito sí puede contar sus sentimientos...
Será que en la escritura puede desear sin límites...
Ojalá que se anime a vivir lo que escribe, a buscar lo que siente, a gozar lo que desea!
Qué relato tan bien escrito, tan femenino y tan cercano
un beso
Siempre me pareció que si estamos acá ante el monitor es por algo, algo nos está pasando, algo nos está faltando.
ResponderEliminarBeso
Muerte a San Valentín!
ResponderEliminarConfidente de Dios que suele contar el dinero adelante de los pobres.
Supiste tocar suavemente la angustia de muchas mujeres en una sola mujer, ojalá pueda despegar de esa situación y enfrentar a Valentín e informarle de sus sentimientos, solo eso, informarle, porque en situaciones así rara vez existe el retorno.
ResponderEliminarMuy bien escrito, desde la visión femenina por supuesto. Un beso
Digo como Lux Aeterna, como Cristina y solo agrego mi admiración de siempre.
ResponderEliminarChapeaux Miralunas!
Preciosa historia abierta al PC que todos tenemos
ResponderEliminarBesos
Mmmm, me estoy preocupando querida Miralunas.
ResponderEliminarSi hay un culpable, decime, que lo c... a trompadas!!!!!!
Un abrazo amigamia!!!
ResponderEliminarEsa soledad que se comparte en pareja...
ResponderEliminarSencillamente enternecedor.
ResponderEliminarTriste a ratos, pero esperanzador.
Y las letras, flotador, salvavidas y salva-almas!
Un beso inmenso,amiga!
Paso este domingo ya casi de noche... como siempre, siempre me encuentro alguna maravilla en forma de letras.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
El bello relato suena a un gran mandala de tristezas
ResponderEliminarMe sumo a Marcelo, a Cris y a Lux, ha y muera San Valentín
Yo la quiero mucho Miralunitas
Estercita
Vea, yo pienso que está muy mal buscar las respuestas en el amor que uno tiene por alguien. Esas respuestas, las respuestas, las tiene que dar el otro. Eso creo yo.
ResponderEliminarUn saludo.
Nadie me obliga a que elija, pero creo que esta entrada es la que más me gustó. Tal vez porque plasmaste en letras esa sensación que muchas tenemos. No sé. El punto es que la recortaría del monitor con una tijera y la colgaría en la pared del dormitorio ;)
ResponderEliminarbesos!!!!!! (y abracitos de yapa)
Ah, el anónimo "menefrega"!! Problema de él si es un vulgar machista cobarde que se despacha sin asumir quien es...y emcima se cree un banana. Hombres...hombres...
Pues yo no creo que Valentín la quiera, quien no se interesa por lo que siente... ¡qué va a querer!
ResponderEliminar¡no tendrá ni idea de lo que sea querer a alquien!
Besos
Tan cerca y tan lejos... el uno del otro. Ella ahoga sus sentimientos por miedo a la reacción de él; él vive ajeno a esa zozobra interna de ella y hasta le molesta cuando ella quiere comentarle sobre ello... ella no debería ahogar sus sentimientos ni tener miedo de exponerlos... ni autoengañarse al interpretar la reacción de él. En el amor, el interés del uno por el otro, por los sentimientos del otro (en el amor la empatía debería ser sublimada al máximo) debe darse en grado sumo, pues si se pierde la comunicación se pierde todo.
ResponderEliminarBesos