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LA MONJA GITANA
A José Moreno Villa
Garcia Lorca
Silencio de cal y mirto.
Malvas en las hierbas finas.
La monja borda alhelíes
sobre una tela pajiza.
Vuelan en la araña gris
siete pájaros del prisma.
La iglesia gruñe a lo lejos
como un oso panza arriba.
¡Que bien borda! ¡Con qué gracia!
Sobre la tela pajiza
ella quisiera bordar
flores de su fantasía.
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia
de lentejuelas y cintas!
¡Qué azafranes y qué lunas,
en el mantel de la misa!
Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería.
Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,
y al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y yerbaluisa.
¡Oh, qué llanura empinada
con veinte soles arriba!¡
Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!
Pero sigue con sus flores,
mientras que de pie, en la brisa,
la luz juega el ajedrez
alto de la celosía.
Con licencia de mis amigos paisanos y de este continente.
Me encontré con el Romancero Gitano cuando cumplía trece años. Los de antes. Y era yo una niña niña.
Y ese libro, que cargo siempre en mi equipaje del alma, me descubrió el ombligo, los temblores bajo la piel, mi corazón de gorrión en la siesta, la inquietud de mis pies, la sequedad en la boca, la complicidad de mis manos y los "malos pensamientos" (aleluya, Federico).
Thamár y Amnón despertaron mi pubertad al misterio, que era aun pronto para nada más.
El Romance de la Luna me batallaba tras el esternón.
Pero fue La Monja Gitana la que me despertó a la erótica. Lo he sabido cada día de después, aunque mi agnosticismo.
Y García Lorca me dirigió la mirada y el alma hacia las letras, los paisajes figurados y deseados, la música, la historia que fui capaz de aprender con mi pereza para el estudio, de vuestra España.Será el caso, me he preguntado, que soy una criolla auténtica? Solo apellidos de toda España han regado mis raíces. María Quijano es el nombre elegido.
Y la brisa de la vida que me hizo abrir esta ventana, me ha acercado a vosotros, amigos de la España.
Miralunas me acerca a vosotros.
Mi curiosidad va hacia ustedes, irrefrenable. Mi alma se regocija con vuestro lenguaje y se revuelca de risa con vuestro humor y se enamora de vuestra cadencia.
Quería explicarlo, contarlo y agradecer a vosotros.
Con mi abrazo.
Admirable. Admirable el uso que haces del lenguaje, que común, en tus tierras se viste de otros ropajes... mantienes la expresión para que nosotros, los de acá, del otro lado del charquito que nos separa, entendamos tus cositas y tus cosas del sentimiento...
ResponderEliminarGracias mil he de daros, bella dama, que inteligencia y cariño en vos van de la mano caminando...
Gracias mil he de daros por estos ratos que nos regaláis cual dádiva al viento que la mar océana trae y lleva...
Gracias mil por recordar de dónde soís y de dónde llegaron los que hasta vosotros nos llevaron...
Gracias mil, y una, como las noches, que eternas en sus lunas todo
lo llenan!
Un beso de espuma salada y resalada!
Mi eterno amor por Federico al que en mi adolescencia leía en los lugares en los que el había estado en Buenos Aires (el Café Tortoni, las mesas del Castelar, las veredas de Avenida de Mayo) Me pareció conocerlo en toda su obra y en las biografías de Isabel García Lorca, de Vazquez Ocaña y hasta con amigos (hijos de españoles como yo pero llenos de porteñidad) ler dedicamos una obra discográfica producida con las canciones que él había recopilado cuando era alumno de Manuel de Falla.
ResponderEliminarNuestra España era esa, las de sus soles, la de su Granada, y nuestro asombro el suyo cuando se fue a "Santiago en un coche de aguas negra" y recaló donde el Hudson "se emborracha con aceite".
Me sumo en tu homenaje a aquella España, Miralunas...y a esta, la actual, la espero con el alma.
Muchas gracias!
Pues te felicito por esa proximidad y cercanía...imagínate que yo trabajé en un pueblo cercano a Valderrubio, y todas las mañanas veía lo que vió Federico desde su infancia...
ResponderEliminarTe felicito
Mi querida amiga de la luna, mejor, mi querida Luna. Es verdad, también siento una cercanía especial por España y, por supuesto, me estremece tanto como tú García Lorca. Gracias por traer sus letras a tu eterna madrugada de clarooscuros, poesía, pasión y magia.
ResponderEliminarUn abrazo de oso y un besito de mago
Carlos Eduardo
Siempre digo que hay músicas que son la banda sonora de nuestra vida.
ResponderEliminarHay escritos que parecen tatuarse en el alma de cada cual, como puntos de lecturas que marcan nuestra vida en relato.
Un abrazo!
Miralunas, qué suerte la mía ! encontrarme con este post ha sido una maravilla.
ResponderEliminarUna vez más gracias por ser tan especial y traerme tan bellos recuerdos de Lorca .
Un abrazo
Maravillosa entrada que ha provocado una suerte de mensajes estupendos.
ResponderEliminarMe identifico plenamente con tu gusto por el romance y elogio también al maestro García Lorca.
Gracias por permitirme estar cerca, querida amiga.
Emotivo elogio a Lorca desde una perspectiva muy interesante.
ResponderEliminarGracias por lo que dices de los españoles, esas palabras aún nos acercan más, hasta compartir mutuos afectos.
Besos desde España.
Es muy bello lo que has escrito, María Quijano. Hay algo sobre todos nosotros, que nos une más allá de las épocas, las estaciones, los matices... y es la lengua. Despertar a la vida con las letras de un Romancero Gitano, un cuento de Benedetti o La ola, de Octavio Paz, es de lo más hermoso que a uno le puede suceder... Y me alegro de que en ti se obrara ese pequeño milagro, que tan bien nos has relatado.
ResponderEliminarUn abrazo, sultana.