................................................................................. a josé, claro.
Amigo mío queridísimo:
Hace un tiempo que ando pensando, ya sabes, en todos esos años que han pasado, y en nuestro amor que ha cambiado de color, de modos, de nombre, pero sigue siendo nuestro amor, el que nos hizo compañeros y amigos, insustituibles e innegociables.
Hemos dejado de ser tan jóvenes, nos ha golpeado y acariciado la brisa de la vida de frente y de perfil, y nos vuelve a golpear con otras ausencias y a acariciar con otros amores; y cada vez, nuestra risa o nuestra mano, así de recíprocas, así de queridas.
Y ahora, abuelos ambos, nos rejuvenece y nos renace el amor como nos lo merecemos, cada uno en su senda, disfrutando convencidos de que es verdad la sentencia de la eternidad del amor, efímera, sutil, inolvidable. Y ahí andamos, "campaneando el cacho de sol en la vereda", celebrando la vida y deseando sabernos felices o intentándolo, que no es poco.
O sea, que hace un tiempo que miro en mis dentros el álbum de mis/tus/nuestros recuerdos y me embelesa la melancólica calma de saber que ahí estamos, como siempre. Insustituibles e innegociables.
Inolvidables.
Te abrazo como siempre, felizmente.
...................................................M.