Iba a tener que reconocer que Cortazar ya no la emocionaba como antes.
Mejor, le daba oportunidad hasta mañana; los lunes son siniestros y se aprovechan de algunos intersticios.
Sumado, le maldito sanvalentín de ayer, con todos esos corazoncitos y ramitos por todos lados, "y todas esas parejas haciendo como que..., si el diario decía que en este país somos muchos mas los solos", pensó mientras se masajeó un poco la nuca.
Mierda! ya estaba el lunes en su intersticio.
"A todos se les ocurrió venir a pagar sus facturas, hoy a esta hora?", se preguntó sin sorpresa. Debió imaginarlo, es lunes 15 y los fines de semana nadie paga las cuentas.
Se ubica en la fila sin saber si seguir desinteresada con Cortazar. Se fija si la factura sigue como señalador; sigue ahí. Cuenta las personas que están antes que ella en la fila: diecisiete. Ja! el 17 es la desgracia en la quiniela. Definitivamente, el lunes ganó el intersticio.
Sonrió, conmiserada de sí misma. Miró la hora sin verla, total que no le importaba llegar tarde.
Aún con la mueca de sonrisa, sus ojos recorrieron distraídos los rostros de todas las personas. Pasó la cara que le sonreía de largo, pero el inconciente le hizo volver la mirada. Y allí estaba esa mujer mirándola, sonriente y amigable, como si la conociera. Extendió tres milímetros su sonrisa y continuó su recorrido.
"Me conocerá de algún lado? Será importante reconocerla? Tendré algo que le causa gracia? Maldito lunes y maldito sanvalentín, como si mas importante no fuera el año cuatromilnosecuánto de los chinos!"
Volvió a la mujer y contó ocho. "Incendio, el 8 es el incendio, mi número preferido. Inútil, pero preferido", pensó un poco divertida. Don Cabrera la cargaba en la oficina. "Niña, juéguele a otro que con ese teminará mas quemada de lo que anda".
- Y cómo sabe que ando quemada? Cómo es eso de quemada?- le había preguntado un día cansada de la sentencia.
- Porque se le nota en los ojos y en la boca que ya no tiene esperanza.
Viejo atorrante y metido. Nunca mas jugó a la quiniela, para que aprenda.
Linda mina, se dijo mientras pensaba cuándo empezarían a atender los cajeros.
Descubrió que la mujer se volvía para mirarla y que volvió a sonreirle. Le devolvió la sonrisa, por educación. Le gusta su mirada de buena mina, con esos ojos color miel.
"Ojos color miel?", se miró las manos y sintió un leve cosquilleo en las sienes. "Si fuera un tipo pensaría que se me nota la soledad, pero es una mina". Bueno, talvez se haya dado cuenta antes que los tipos, no? Para eso es mujer, para darse cuenta.
Epa! Comenzaron a atender y van muy rápido, qué suerte. El incendio ya está en la caja! No puede evitar una sonrisa divertida, mire que llamarla incendio. Ni siquiera es pelirroja, tiene un suave pelo entrecano. "Suave pelo?", las cosas que está pensando. Debe ser el lunes en su intersticio y su alma hambrienta de alguna mirada solo para ella.
Se sorprende con la voz a su lado: -Dale, que te espero.
- A mí? Nos conocemos? Yo no recuerdo...
- Es que se te nota el maldito sanvalentín, querida. Dale, que te espero!
Cabecea aceptando y mira hacia la fila. Ahora, el incendio es ella.
Pasa un largo momento en el que no puede pensar, ni comprobar si la mujer la espera. Juega a la quiniela mentalmente, como para distraerse. Ahora es niña...., ahora es agua...; ...ahora son los huevos! Ajá, huevos. Paga y se va.
Ella sigue ahí.
La mira interrogante e incómoda.
- Ah, es que te vi en los ojos y en la boca que ya no tenés esperanza. Y como es lunes..., viste que los lunes...?
- ... se aprovechan de los intersticios. Te mandó Don Cabrera a vos?
- Eso! Don Cabrera? No entiendo!- dice la otra con su mirada suave y su risa amigable.
- Bueno, ya no importa.
- Te invito a pegarnos un faltazo y a matar a sanvalentín en la costanera!
Ella siente que no sabe cómo, el intersticio va quedando libre de lunes y la invade un aire como de muchos 23, así que le jugará al 72 y vaya sorpresa que se llevará el viejo!
Como muchachas, otra vez, llaman a las oficinas presentando la misma dudosa excusa de los lunes. Y luego se miran, e intentan un abrazo. Se miran otra vez y otra vez.
Cuando toman el taxi, la Esperanza se sienta al lado del tachero.
Imagen: Google
Significado de números en la Quiniela: 17- desgracia; 8- incendio; 23- mariposa; 72- sorpresa.
Tachero: chofer de taxi.