
........................... Buenos Aires; 8 de diciembre de 2007.
Mamá:
.......... En realidad, ya ha dejado de ser 8 de diciembre. Veo la claridad ya de la mañana. Pero es que esto me ha pasado en la tardecita de ayer y me ha tenido sin dormir. A vos también, mamá?
.......... Me parece mentira, pero estoy escribiendo como si no debiera hacerlo. Con miedo de que cualquiera pueda verme perpetrando esta “traición”. Y ya tengo 39 años!...
.......... A esta hora, Marcela y los pibes duermen asi que puedo escribir y llorar sin frenos y sin vergüenza.
.......... Qué lindo te quedaba ese vestido azul, vieja! Lástima que te fuiste sin que pudiera decírtelo.
.......... La viste? Micaela es igualita a vos! La viste que pizpireta con tu pelo y tus mismos ojos? Qué pena que no se encontraran tu mirada con la de ella…
.......... Esa niña es la predilecta de papá. Cuando ella se ríe, y se ríe siempre, papá se queda mirándola como si no pudiera hacer más que eso en la vida. Y cuando yo lo veo mirarla, siempre pienso en vos.
.......... Es que todos creen que me olvidé de vos, mamá. Eras muy chiquito cuando tu mamá se murió, dice diciéndoselo a sí misma, la Tía Clara, que te reemplazó en casa y en la cama de papá.
.......... Conmigo no, vieja. Pero nadie sabe que yo sé que estás viva porque me abrazaste antes de irte y que sé dónde vivís. Lo sé desde que te vi parada medio escondida detrás de un árbol, mi último día de la primaria. Y porque te seguí como un gato, cuando fuiste a verme mi primer día de la Secundaria.
.......... Así que también sé que tenés otro hijo que no se me parece y que seguís viviendo con ese amor que te alejó de mí y te mató para mi padre.
.......... Sabés, mamá? Todos me han enseñado a odiarte pero yo no pude aprender. Y cuando me enamoré de Marcela, sentí que nada ni nadie me separaría de ella. Así que siempre te pensé valiente y te admiré, aunque lo viera tan triste al viejo, y yo estuviera siempre extrañándote.
.......... O habrá sido para no morirme?
.......... Y mientras Micaela fue creciendo como si la hubiéramos dibujado con tu pelo, tus ojos y tu risa, sin que pudieras abrazarla….., ay, mamá qué pena para vos y qué premio para papá que la tiene para quererla!
.......... Asi que hoy (o ayer), cuando te vi otra vez escondida en la Iglesia, mirándola a tu nieta tomar la Comunión y a nosotros disfrutándola, felices, pensé en el precio que pagaste, vieja y casi voy a que me mires con los ojos de mi hija, pero no pude hacerlo. Por papá…, por tu otro hijo….qué sé yo!
.......... Pero qué lindo te quedaba ese vestido azul!
............................................................... Soy tu hijo mayor, Alejandro.
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pensando en las mujeres que elijen el amor sin que importe la condena
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imagen: mujer en azul - susana weingast