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otro día más.
se duchó
ignoró el espejo
desayunó como siempre.
se tomó un breve recreo
tratando de escribir.
luego llegó esa especie de señal:
puso ropa a lavar
barrió los pisos
pensó en su hija y sonrió.
lavó la vajilla
pensó en ella, apenas.
se vistió y salió.
tomó el subte, anónima
de ella y los demás.
sintió un leve sobresalto:
dónde olvidó el deseo?
en cuál distraído cajón?
otro día más en la oficina.
cuando regresó
la esperaba la cocina.
el sueño cansado
borró el sobresalto
del deseo olvidado.
otro día mas.
Qué manera más artística de demostrar que el desgaste de una vida no se combate haciendo más cosas sino manteniendo activo el deseo.
ResponderEliminarMuy bueno!
D.
Será "un día más" para los hábitos y no para la maravilla de lo que vendrá. El amor termina siempre por patear la vajilla y sepultar la monotonía. Lo sabes, Miralunas, lo sabes.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
el esmoris
¡qué bueno!, vaya manera de mostrar
ResponderEliminarla sombra de la luz
Bravo
Muy bueno. La rutina demuele. No cualquiera la lleva bien. Es todo un tema.
ResponderEliminarUn saludo.
El dia de la marmota!
ResponderEliminarpuso ropa a lavar
ResponderEliminarbarrió los pisos
lavó la vajilla
Pero cuando descansó, pensó en el deseo olvidado.
Lo tiene claro:"La limpieza es una mentira provisoria"
Ese sueño cansado parece que es el salvavidas de la rutina.
ResponderEliminarque bien!
Ohhh letal rutina! es la ostia sin vaselina!
ResponderEliminarbeijos
Estercita
Maldita rutina!
ResponderEliminarPero... si miras bien, alomejor encuentras un matiz, por pequeño que sea, que hace que ese día no sea sólo un día más...!
Besitos!