Llegué apurada, pensando sin pensar en el paisaje de esa gran casona rodeada de "coronitas de novia" locamente florecidas y esa glicina, ay, esa glicina!
Manuel me esperaba levemente ansioso y un poco titubeante al elegir el mejor lugar para nuestra charla; hasta que elegimos ese lugar tranquilo en el comedor, cerca de la ventana, casi como si fuera la mesa de un bar.
Nos miramos para vernos, pues era nuestro primer encuentro. Eramos dos desconocidos; yo sabía porqué estaba allí: buscaba historias; Manuel no entendía muy bien y me miró un momento con desconfianza, pero sólo un momento.
El es delgado, tímido, de mirada como de agua clara, un poco triste. Tiene setenta y pico; habla en voz baja, casi como para él solo.
"Un hombre solo, casi de siempre", pensé.
Y él lo confirmó enseguida: "Ah, no sé si puedo hablar de amor. No he tenido finales felices." Me lo dijo con su cara de muchacho grande, con una sonrisa apenas esbozada, como de disculpa.
Pero, después fué contándome pequeñas historias, un poco inconclusas; no hablaba de desamores, no. Eran, más bien, como cartas de amor guardadas sin enviar. Breves ilusiones dibujadas en un vidrio empañado en tardes de invierno. Sueños inacabados.
Le pregunté rápido, como para sorprenderlo: "Y de qué se arrepiente, Manuel?"
Me miró con su mirada como de agua clara y me dijo con un dejo de enojada tristeza:
-De haberme conformado. De no haber peleado más. Me hubiera gustado escribir. Como hace usted. Ahora mi memoria...
Y miró por la ventana, seguramente buscando aquellos sueños dejados en el camino.
mas Caminos en lo de JUAN CARLOS
Aprendamos de este hombre, que no nos tengamos que arrepentir al final de lo que ese hombre se arrepintió.
ResponderEliminarmuy linda narración miralunas, muy buen contenido con un final casi abierto y lindo juego de palabras. Me gustó mucho.....
ResponderEliminarAy! esas cosas que nos quedan pendientes, y por una u otra cosa, las vamos aplazando... El tiempo es bastante mezquino y en ocasiones, se roba las oportunidades no aprovechadas, no dándonos otras. Pero quizá no sea tarde para tomar papel y lápiz (a la vieja usanza) y recoger del camino- como frutos-, aquellas cosas que aún caben recordar. La imaginación también podría salvarle.
ResponderEliminarPor suerte, tu no escatimas en dejar correr las letras, y deleitarnos con tus relatos!
Besos:
Gaby*
Me han fascinado los personajes, el de la narradora y el de ese hombre "solo, casi de siempre". Me gusta mucho el toque que das a tus historias y como, en breves líneas, haces sentir tan hondo a Manuel, das a conocer a esa perspicaz escritora.
ResponderEliminarBesos, amiga.
El miedo a no conseguir lo deseado, nos convierte a veces en cobardes arrepentidos...Pasear la vida sin empeño nos puede dejar el alma fría. Me ha gustado tu jueves querida amiga.
ResponderEliminarBesos.
Con cuánta intensidad describes esa entrevista, la comunicación pausada, las glicinas, la mirada y al final, en la memoria tener que arrepentirse, tarde, sin remedio ¿quíen está libre de fracasos a lo largo de una vida? Consuelo para Manuel, ella le escucha.
ResponderEliminarUn relato impregnado de sensibilidad que me llega bien escrito, conmueve.
Besitos.
Con cuánta intensidad describes esa entrevista, la comunicación pausada, las glicinas, la mirada y al final, en la memoria tener que arrepentirse, tarde, sin remedio ¿quíen está libre de fracasos a lo largo de una vida? Consuelo para Manuel, ella le escucha.
ResponderEliminarUn relato impregnado de sensibilidad que me llega bien escrito, conmueve.
Besitos.
pequeñas decepciones coronadas de buenos sabores
ResponderEliminarla vida
Nunca es tarde para nada en esta vida, a veces nos incapacitamos y en ello perdemos oportunidades.
ResponderEliminarMuy bien traído este camino que no encuentra retorno ¿o si?
Besos!!
Pasados los cincuentas empiezas a hacer balance y te preguntas demasiadas veces si las decisiones que has ido tomando han sido las correctas. A todo lo que has renunciado por no romper la tranquila rutina podría formar parte de los más bellos recuerdos. Hay que vivir con ganas, no podemos ir de puntillas hay que pisar dejando huellas.
ResponderEliminarBesos
Ay, el final del camino. Cuánto anhelo de volver a empezar (voy imaginando).
ResponderEliminarBesos!
El resquemor por lo que no hemos hecho, la culpa de que podriamos haber actuado de otra manera. Pero si hay vida se puede corregir ;-)
ResponderEliminarSi hiciéramos balance periódico de nuestro pasado, posiblemente nos arrepintiéramos de algunas cosas y nos facilitaría la tarea de enmendar aquellas que tengan enmienda. Me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Al final del camino es cuando uno se da cuenta de las cosas que ha dejado de hacer tal vez por temor a que salgan mal, pero siempre es mejor arrepentirse de algo que se ha intentado aunque haya salido mal que de no haberlo hecho. Lo has mostrado muy bien con tu relato.
ResponderEliminarUn beso
Al final del camino es cuando uno se da cuenta de las cosas que ha dejado de hacer tal vez por temor a que salgan mal, pero siempre es mejor arrepentirse de algo que se ha intentado aunque haya salido mal que de no haberlo hecho. Lo has mostrado muy bien con tu relato.
ResponderEliminarUn beso
Esos caminos a medio recorrer, esos zapatos a medio gastar, esos sueños inconclusos esperando a que alguien ponga punto y final a alguna historia... precioso.
ResponderEliminarUn beso
Che papusa!!! te leo y es como escucharte hablando en la mesa de un bar....Momento intimista que mejor no se puede contar.
ResponderEliminarbesos pebeta!!
Y de todas formas, hay que mirar para delante. Mientras estemos, podemos, Parezco autoayuda. Abrazo...
ResponderEliminarNo era tarde, ya ves. Siempre tendría el corazón dispuesto a enamorarse...
ResponderEliminarBesito y café.
Precioso relato amiga! En esta ocasión me dejó con ganas de mas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Un relato muy tierno , el beso que no se dio , la palabra que no se dijo...no se recuperan...besos Miralunas , me ha gustado...
ResponderEliminarTe encontré!!!! Y vaya que me gustó este texto (será que ayer tuve la suerte de conocer el "backstage"?) Creo que fue un plus, porque ahora lo disfruto tamizado por tus letras. Aquí estoy, y aquí me quedo. Un beso y placer, amiga!
ResponderEliminarHermoso el relato, me diste la posibilidad de espiar ese momento que si no se atrapa se escurre entre los otros recuerdos,
ResponderEliminary también me diste ganas de escribir,
gracias
ella
Que el 2014 colme todos tus deseos y los de los tuyos.
ResponderEliminarBesos
aquí hace falta ventilar un poco, que te parece si vamos abriendo las ventanas :)
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