el túnel
que cavó mi memoria
por ese juego de inventar
éso que lo hiciera amarme
en el nombre de amiga
sólo por la estrategia estéril
de mis mentiras
se ha transformado al fin
en una serpiente sutil
que avanza silenciosa
en infinitos círculos de dolor
y me arrastra
en una mímesis aleatoria
de mi misma
a un inexcusable laberinto
del que ya no he de salir.
en mis tripas duele
el opaco sabor del desprecio
la diatriba ineludible
la ficción ya inexplicable
el amor de una vez incierto
y para siempre ausente.
mímesis y ficción
borrando la salida.
A veces uno se engaña por voluntad propia e insiste en ver lo que se quiere a costa de evitar asumir esa realidad que duele. Muy borgiano lo tuyo. Un beso.
ResponderEliminarla mente juega malas pasadas
ResponderEliminarbesos
En ocasiones nos empeñamos en algo que no es y jamás podrá ser, pero así somos cuando deseamos ese algo, sea el que sea.
ResponderEliminarMuy bien plasmado ese sentir.
Un beso.