Ah, qué suerte que viniste!
Creí que me iba a morir sin volver a verte.
Quería decirte que hace rato te perdoné cada insulto, cada amenaza, cada humillación, cada noche que el miedo me quitaba el sueño y hasta la mujer que trajiste a nuestra cama el mismo día que nos separamos y dejé tu casa tan solo con mi ropa y mis libros.
Qué alivio me causa verte ahora y que aprietes de tal modo mi mano.
Y porque quería contarte que todo sucedió gracias a Andrés que, a pesar de todo lo que nos separaba, y a su juventud, despertó en mí lo que habías adormecido maltratandome: una intensa sensualidad y una inesperada respuesta a su deseo, la mujer alegre y linda que lo hacía reir y lo tentaba de besarme a cada momento. Y todo mientras pintaba las paredes de nuestra casa, cuando yo me quedaba a ser el ama de casa que querías que yo fuera y vos estabas ausente durante casi todo el día, te acordás, Oscar?
Ha pasado tanto tiempo, no?
Qué suerte que viniste..., qué suerte..., no quería llevarme este secreto al otro lado.
Ahora que ya estamos viejos..., y yo... yo me estoy muriendo, vos... te merecías saberlo, cierto, Oscar?... te lo merecías... y ahora estoy tan, tan...tran... qui...la!
Y el tipo sintió que la mano se aflojaba, mientras una sonrisa se plantaba en la cara pálida de Marta, que se durmió definitivamente.
mas secretos inéditos en casa de san
eso suena a mujer despechada que no olvida......Pero el relato es real y bueno, saludos miralunas......
ResponderEliminarCaramba, cuanto dolor guardado en vida. Muy buena la narración, ojalá no se materialice. Bss.
ResponderEliminarLe costó, pero al final soltó el secreto, después de todo supo ella encontrar un amor suave, joven, estimulante, tenía derecho, que se entere el interfecto nada afecto. Un secreto que por poco no se lleva a la tumba.
ResponderEliminarBesitos
Tomá, pa que aprendas en la próxima vida. Un abrazo.
ResponderEliminarSutil venganza, urdida en la intimidad de un secreto. Besos. Ando escaso de tiempo, pero en cuanto puedo, voy pasando. Besos.
ResponderEliminarEs posible que lo mejor que le haya pasado a los dos es separarse. Tal vez tuvieron por separado una vida feliz, que no habrían tenido juntos.
ResponderEliminarTal vez el tal Oscar no se lo dijo, para no quitarle esa extraña felicidad final. Que haya ido a verla puede ser un detalle significativo.
Que bueno que vino, para así poderle castigar el ego machista allí donde ella sabía que más le iba a doler. Saberse sustituido por uno más joven, más guapo, más cariñoso, mejor amante. No sé si a pesar del tiempo transcurrido, su vanidad masculina podrá soportar haberse convertido hace muchos años, en el otro.
ResponderEliminarNunca es tarde para saborear las mieles de una venganza bien administrada.
Un abrazo.
Que tranquilidad poder viajar sin lastre, justo el que le cedió a este Oscar. Preciosa tu forma de escribir, aunque me repita al decirtelo de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
snif.....me llamo oscar...
ResponderEliminarsobran más explicaciones
Ya le dije, que le dejo un abrazo, vio.
ResponderEliminarY nunca es tarde para dejar las cuentas claras.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu relato Miralunas.
Un besote.
Muy bueno. La mujer había sufrido mucho pero tenía un as guardado debajo de la manga. Me imagino la cara que se le quedó a él al escuchar aquellas palabras... Un beso.
ResponderEliminarPor los pelos, si llega a contarlo más despacio lo mismo no llega, pero, al final cumplió con su verdad. Menudo panorama deja... eso pertenece a otra historia.
ResponderEliminarUn beso
...y casi casi, fue su venganza. Las humillaciones tarde o temprano se pagan, aunque no creo que una deba vivir en pos de... solo porque alguien le hizo pasar malos momentos, sino disfrutar los buenos con quien sí supo quererla y valorarla, lo que pasa es que hay tragos dulces, que no podemos dejar de beberlos, y sin dudas Marta, se le bebió tranquila antes de su último suspiro. Buen relato!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Y ud. ya lo sabe... que tengo debilidad por sus letras. ¡Las acomoda de una forma! y además me gusta cómo acomodó ese final, y al Oscar que aunque tenga nombre de premio, ni se quedó con el premio consuelo!!!
ResponderEliminarMuy bien llevado, como para terminarlo con un gran suspiro, el nuestro: "y fue justicia!"
besos y un pronto abrazo
Muy bien relato me ha gustado
ResponderEliminarLa venganza servida en su momento y en copa tibia. Atraviesa el texto para llegar leve y justificada.
ResponderEliminarConciso e ilustrado relato, entra por los ojos y se queda en la razón sabiendo a poco.
Besos
Ja,ja...no solo desvela un secreto y se queda a gusto sino que se va a la tumba con el dulce sabor de la venganza en los labios. Muy bueno tu relato!!!!
ResponderEliminarPues sí...se tuvo que quedar muy a gusto!! Me ha gustado mucho...
ResponderEliminarBesos!
¿será tan dulce la venganza al final? jajaja...al menos sintió la tranquilidad de haberse podido desquitar a tiempo del maltrato recibido!
ResponderEliminarUn abrazo
UD. sabe mi amiga, que su andar deja huellas cuando camina. (y más cuando habla)
ResponderEliminarEn mi balcón mi homenaje a un encuentro que dejó su marca.
Un fuerte abrazo, de quien también busca lunas!