Tú no eres quien yo espero (Penélope- JMSerrat)
el Contador Bermudez recibió un tanto asombrado el bello paquete azul. parecía un regalo importante. pensó en Paula y tuvo un respingo. aún no la había llamado y hoy es un día importante para ambos.
la sobria caja contenía una un poco más pequeña atada con un simpático lazo a rayas que sostenía un sobre con su nombre, y en él halló una breve esquela con la letra perfecta de Paula: Feliz Aniversario, mi Amor! .
sonrió, pescado en falta. con qué lo sorprendería esta vez? cuando levantó la tapa se sorprendió de verdad: la caja contenía una cantidad de objetos que fue reconociendo mientras pensaba en su significado. allí estaba la memoria (pensó en memoria, qué extraño) de ya ni sabía cuántos años. siete? ocho? diez? no, diez, no. ocho!
se habían conocido en esa misma empresa, apenas ingresados. él como asesor financiero, ella como joven abogada. oh, esos boletos de aquella exposición. y las fotos de aquel día en Tandil. qué linda estaba se día. radiante! papelitos dorados de envolver bombones? qué loca! ah. y sus cartas? porqué sus cartas? eran pocas, sí. pero se las había escrito con amor, caramba! con esa especie de amor, bueno. las cosas eran así. son así. y ya están acostumbrados, cierto? él le participa casi todas las cosas de su vida. cómo es que tenía Paula esa fotografía de la fiesta de quince años de Clarisa? ah, mirá! y de Juan, con su perro.
y porqué este regalo tan curioso? qué se traía su chica entre manos? reclamos, no. Paula nunca fue de ésas, por eso llegaron hasta acá, no?
el Contador Bermudez sintió la tentación de releer las cartas que le había escrito a su amante durante esos ocho años. fue reconociendo las diferentes ocasiones: navidades, años nuevos; ese día de tormenta...!; cuando Paula cumplió treinta y dos y su esposa había sufrido una lipotimia; y aquella vez en que no la acompañó a ver "los Puentes de Madison".
y de pronto, aquel papel celeste, otra vez la letra de Paula. distraído, se arregló el mechón rebelde que a ella le gusta tanto. y, por un segundo, sintió un miedo de niño.
leyó con una ansiedad desconocida.
Feliz Aniversario, mi Amor!
Hoy me desperté cansada. Y pensé en esta tristeza que cargo desde
hace un tiempo sin que hayas podido verla.
Esa caja contiene todos los objetos que fue juntando mi soledad,
espectadora de tu vida, durante estos ocho años. No parecen muchos, te fijaste?
De todas esas pequeñas cosas colgué mi vida desde que te conocí. Y de vos. De
tus ojos, tus manos, tu risa preciosa y tus besos.
Hasta hace un tiempo fui feliz, pero luego me fui quedando sola
en el andén; vos no te dabas cuenta y yo no te lo pude decir.
Y ahora ya es muy tarde.
Me voy, Amor. Ya no me esperes.
y entonces, la chica de recepción llorando desencajada, trajo esa noticia.
mas aniversarios en casa de Alson
¡Qué triste!, pero hay que reaccionar aunque sea tras ocho años.
ResponderEliminartriste relato con un tinte real. ¡saludos Miralunas!!!!!!!!
ResponderEliminarUffffffff... esas historias ya rotas, de amores de oficinas... me hizo acordar a una preciosura de Roncagliolo... Un abrazo.
ResponderEliminarMuy buen relato!...una historia en la que la aparente celebración resultó ser despedida.
ResponderEliminarEn buena hora!
Un abrazo
Uy!
ResponderEliminarY me quedé pensando en que los finales llegan en el momento justo, ni un minuto antes ni uno después.!
Abrazo mi querida!
tal vez ya era hora de proponer una nueva celebración, la de decirle adiós al desencanto, a la espera permanente, a la tristeza.... tal vez no de este modo, donde las distancias que se imponen se tornan tan definitivas. Creo que el contador Bermudez agregará un evento más a esa caja, el más doloroso seguramente.
ResponderEliminarMuy bien escrito!
Besos!
Gaby*
Muy triste, demasiado. Tanto como bien escrito está: transmite la pena que escribes.
ResponderEliminarUn beso
Uy que triste final, nos vas llevando a un desenlace que no esperamos.
ResponderEliminarA veces es la única forma en la que una persona puede ver la realidad, a través de la desgracia.
Una lásitma.
Besotes preciosa!!!
Creo que el contador Bermudez tuvo lo que se merecía por no darle a Paula lo que ella buscaba, muy bien por Paula por desprenderse de ese "paquete"!
ResponderEliminarQué bueno es saber decir basta cuando siempre el camino se puede bifurcar y mostrarnos una variante. Admiro a los que saben tomar este tipo de decisiones. Hay que estar muy fuerte.
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