serie los Amantes- Josefina Robirosa
Hace, a 5 de febrero en Buenos Aires, un domingo
como de otoño, lluvioso, frio, inopinado; y así, como si nada, me he puesto a
leer otro cuento triste de Hemingway, como si te estuviera esperando. Como si
de verdad estuvieras por llegar a darme un beso de recién enamorado, comentando
la lluvia y tras la copa de vino que sirvieras, te contara/me contaras todo eso
que nos falta saber de nosotros, como si fuéramos cómplices de nuestras vidas
para siempre.
Y, pobre Hemingway abandonado en sus colinas como
elefantes blancos, se me va contigo el pensamiento.
He decidido creer que todo será verdad. El beso, el
vino, contarnos la vida. Y el encanto del amor.
Me gusta esta aventura de pensar y sentir, como si
fuera esta vez para siempre. (Total que el para siempre está ahí, tras la
puerta.) Que otra vez esta noche dormirás conmigo y la lluvia, después de hacernos
el amor tan desapurado y extenso como nuestros cuerpos fueron aprendiendo
cruzando tiempos y amores. Que no vivirán con nosotros la rutina y la
impaciencia. Que esa costumbre de reírnos por nada y de todo será un escudo
infranqueable.
Me empina la espalda y me alumbra el ombligo
olvidar los avatares, jugar con ellos, mentirles, eludirlos; planear
encuentros improbables y tejer
clandestinas complicidades de amantes; inventar una mañana cualquiera con tus
zapatos al otro lado de la cama, y tu suave respiración cosquilleándome la
nuca.
Y al revés de este domingo, mi otoño enloquecido de
verano.
Vos sabés.
Qué lindo regresar y leerla tan intensa y tan domingo de lluvia y tan romántica! Y venir justo ahora que leo a Hemingway manejando una ambulancia hace cien años. Le dejo un abrazo.
ResponderEliminarTu ya sabes de todo.
ResponderEliminarY nos lo cuentas.
Y nos lo llenas de suspiros y lo envuelves en palabras de regalo.
Es un lujo leerte.
Besos.
Cómo te entiendo...
ResponderEliminarMaravillosa entrada.
Es estación de amar de continuo
ResponderEliminarBesos
Hasta el título me gusta y me sugiere !tanto!...
ResponderEliminarBesos..