muñequita de lujo
Y me instalaste al costado de tu vida como a una muñequita de lujo a
la que vestías con sedas y pieles, adornabas con perlas y piedras, alimentabas
con rojo salmón y negro caviar rociados con dorada champaña y luego desnudabas
con insultos de pirata y arañazos de empresario famoso e impotente.
Tu fortuna logró que tu esposa me aceptara como si yo fuera un
talismán de tu suerte, como una rara avis posada en tu hombro, como una
contorsionista prendida a tu elegante bastón con mando de ónix y una exótica
perrita que te acompañaba en tu amplio y lujoso automóvil.
Pobre chiquilina enferma de ilusiones quebradas me dejé llevar por esa
magia oscura que lograba la aceptación social sin excepciones, siempre a
cincuenta centímetros de vos, como una marioneta grácil y extraña, en medio de
tu obscena riqueza y tu perverso ejercicio del poder.
Crecí sin familia, sin amigos, sin miradas amables, sin elegir nada
nunca, atontada con lujos y el sibilante susurro de tu voz que dominaba mi
mente, mi corazón y mi sexo.
Así, fue raro el regalo de cumpleaños, ese viaje al Carnaval de
Venecia para mis cuarenta años. Y ese bello disfraz dorado y esa máscara tan
fantástica de dama veneciana….
Y vos, un poco combado ya, pero tu pelo lacio que siempre adoré y tu
perfume que no abandonará ya mi memoria.
Fue solo un instante. Saqué uno
de los palillos preciosos de plata que engalanaban mi peinado, me acerqué hasta
vos como para besarte, acaricié tu cuello y justo cuando te volviste a mirarme
con esa mirada tuya, lo empujé con fuerza por debajo del cuello de tu camisa.
Lo soñé, o me miraste con amor?, con un ruego fugaz en el fondo de tus
ojos?
Mientras caías lentamente, desangrándote, sosteniéndote de mi vestido,
la colorida máscara resbaló a mis pies y espero que hayas visto mientras te morías
cómo me vaciaba de vos.
Finalmente.
mas escenarios en casa de Roxana
¡Hola! Qué sorprendente relato has compartido. Haber vivido tanto tiempo siendo esculpida por alguien más y encontrar el momento de liberación precisamente, en la muerte de esa persona y por mano propia. Que buen final. Me ha encantado.
ResponderEliminar¡Gracias por sumarte!
¡Un abrazo!
Encantador y emotivo. Perdió tantos años de su vida en esa jaula de oro. Pero aunque paso el tiempo, fue sorprendente esa valentía a último momento. Buen ejercicio juevero.
ResponderEliminarsaluditos
¿Puede decirse que fue una víctima o fue algo que acepto durante más de 20 años? No se cuenta que haya sido obligada. Ni siquiera tuvo la hostilidad de la esposa. Ocultaba un odio surgido por vaya saber que razones.
ResponderEliminarBien contado.
Saludos
Un relato primorosamente narrado con lujo de detalles que estratégicamente llevan al lector a ese dramático desenlace que tanto conmueve. Contundente trama que golpea y nos hace reflexionar. Un abrazo
ResponderEliminarQué relato! Me impactó desde la primer palabra, me llevó a leerlo sin respirar, sin parar y sintiendo una mezcla de cosas que no puedo describir. Es tan lindo leerte, terminar el texto y pensar "por Dios que bien escribe".
ResponderEliminarFelicidades, la historia es fuerte y llega directo al alma del que la lee.
Un beso enorme.
Fantástico. Atrapa la historia, sorprende ese asesinato, se comprende esa reacción, se lamenta esa vida.
ResponderEliminarBesos.
Un final tremendo muy bien construido
ResponderEliminarUyf! largo al final mi respiración contenida! es sencillamente cautivante, atrapa con esas imagenes y palabras tan bien hilvanadas. Ha sido un inmenso placer leerte Miralunas
ResponderEliminarAbrazo
Hermoso y triste relato. Toda una vida siendo poco más que un objeto de deseo carnal, tenía que tener un desenlace trágico. Ese palillo de plata era la necesaria llave de su liberación. Me ha encantado Miralunas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tratando un tema tan doloroso,cruel y tan real ,lo haces con palabras llenas de poesía. Impacta por su dureza y por su belleza.
ResponderEliminarBesos
Tratando un tema tan doloroso,cruel y tan real ,lo haces con palabras llenas de poesía. Impacta por su dureza y por su belleza.
ResponderEliminarBesos